Solo ocho de cada cien personas de las más de ocho millones que en España viven bajo el umbral de pobreza perciben una renta mínima de inserción (RMI), una cuantía que en el caso de Extremadura, con 674 euros, es la segunda más alta de todas las regiones. Así, mientras que en el País Vasco la reciben casi tres de cada cuatro en esta situación, en nueve comunidades ni siquiera la cobra uno de cada diez pobres, según ha denunciado la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales.