El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) y el Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) son una realidad ante la que es importante tener conceptos claros. Primero hay que saber que no es lo mismo ser seropositivo al VIH que tener SIDA. Cuando el VIH penetra en el organismo afecta a los linfocitos T, claves en el sistema inmunitario. Cuando se detectan anticuerpos específicos en la sangre frente al VIH es cuando decimos que una persona está infectada o es seropositiva o portadora del VIH. La mayoría de las veces las personas seropositivas no tienen ningún síntoma de infección durante mucho tiempo. Una vez transcurridos entre 5 o 10 años se desarrollan infecciones y tumores que indican una evolución de la infección hacia la enfermedad del sida, que es el estadio más avanzado de la infección por VIH.

Las únicas vías de transmisión son la sanguínea o parenteral, la materno-infantil y la sexual, que es la más común. Esta última es a través del semen o de las secreciones vaginales al tener relaciones sexuales con penetración anal, vaginal u oral sin protección. El VIH se previene evitando las prácticas de riesgo. Lo mejor es el uso de preservativo desde el principio en todas las relaciones sexuales con personas infectadas o que no se sabe si lo están, además de utilizar siempre material estéril de inyección o no compartir útiles de aseo personal.

Hay que dejar claro que no existe un tratamiento curativo. La infección por VIH se trata con fármacos antirretrovirales que frenan la multiplicación del VIH e incrementan los niveles de linfocitos T, pero no curan. Si se realiza una práctica de riesgo lo mejor es dirigirse a los profesionales del sistema sanitario o las ONG CAEX o Triángulo, que determinarán la conveniencia de hacerse una prueba, muy sencilla, a través de un análisis de sangre o saliva.

En Extremadura, en la última década (2009-2018) la media anual de personas que se infectan es de 43 nuevas infecciones declaradas. La media anual de personas que llegan a la fase de sida es de 10, y entre 14 y 15 personas fallecen por esta causa. Otro dato importante es que hasta un 19% de las personas infectadas desconoce su estado serológico. La práctica de riesgo más común es la conducta sexual, que representa el 42,82% de los nuevos casos, tanto en relaciones sexuales heterosexuales como homosexuales sin protección. En definitiva, el VIH es una enfermedad de transmisión sexual y su principal causa son las relaciones sexuales sin protección, independientemente de la orientación sexual de cada uno.

La efectividad de los tratamientos ha hecho descender la mortalidad de la infección y el número de personas infectadas vivas aumenta año tras año. «Se está tratando como una enfermedad crónica.

Muchos creen que el VIH se trata solamente tomando una pastilla como si se tratase de una diabetes, pero eso no es así. Se ha bajado la guardia en las prácticas de riesgo y se están manteniendo relaciones sexuales sin protección y eso hace que el VIH sigue extendiéndose, y también el resto de enfermedades de transmisión sexual, que es otro problema», concluye Gustavo González, médico de la Dirección General de Salud Pública y coordinador de la Oficina de Coordinación del VIH de Extremadura.