Entre el 1 de enero de este año y el pasado domingo 32 personas perdieron la vida en accidentes de tráfico ocurridos en vías interurbanas de la región. Son cuatro más de las que se habían contabilizado a esta misma altura del año pasado (+14,3%), conforme a los últimos datos de la Dirección General de Tráfico. La tendencia al alza en la siniestralidad vial en la región contrasta con la disminución que se experimenta a nivel nacional, donde hasta inicios de esta semana ha habido 88 fallecidos menos que en el 2018. De esta forma, se ha pasado de 988 a 900, lo que se traduce en un descenso interanual del 9%.

En cuanto a la cifra de accidentes mortales en las carreteras a lo largo de estos casi diez meses, en Extremadura ha sido la misma que la de víctimas, con lo que son cinco más que los 27 del ejercicio anterior (+18,5%). En España se han producido 826, 68 menos que en el 2018 (894) con lo que el decremento acumulado ha sido del 8%.

Aparte de la extremeña, solo otras cuatro comunidades autónomas han sufrido un repunte en la accidentalidad vial en lo que va de año. En dos de ellas, Madrid y Andalucía, la subida ha sido más que significativa. En el primer caso, ha habido cerca del doble de víctimas, de 36 a 66, mientras que en el segundo el incremento ha sido del 22% (de 131 a 160). La Rioja y el País Vasco también han experimentado una evolución negativa. Por contra, las muertes en carretera han caído en comunidades como la Valenciana (de 111 a 74, un 33%), Castilla y León (de 103 a 89, un 14%) o Cataluña (de 169 a 151, un 11%).

FALTA DE MANTENIMIENTO / «Hay falta de mantenimiento en las carreteras, que deberían estar en mejores condiciones», lamenta Alejandro Márquez, coordinador de DYA Extremadura, para quien son «muchísimas» las carencias que en este ámbito existen en la región. Igualmente, señala que «la mayoría» de estos percances tienen como escenario las vías secundarias —en el 2018, tres de cada cuatro víctimas mortales en España se produjeron en ellas—. Las carreteras de una sola calzada suman en Extremadura el 91,6% de todo el entramado viario (incluyendo las infraestructuras competencia del Estado, las de la Junta de Extremadura y las que están a cargo de las dos diputaciones provinciales). Se trata de una de las proporciones más elevadas del país, apenas superada por Galicia (93,2%); Aragón (92,7%); y Castilla y León (92,5%); y a la par que las Islas Baleares.

Además de las deficiencias en materia de conservación, Márquez menciona otros dos factores que pueden haber contribuido a este incremento de los accidentes mortales en la región: el envejecido parque automovilístico extremeño, y «el uso de las nuevas tecnologías», fundamentalmente teléfonos móviles, a bordo de los vehículos». En este sentido, en el 2018 las distracciones fueron, por tercer año consecutivo, el primer factor concurrente en los accidentes mortales en las carreteras españolas, ya que estuvieron presentes en casi un tercio del total (32%), superando al exceso de velocidad (22%) y al alcohol y las drogas (21%).

El aumento de las víctimas de tráfico en la región coincide, paradójicamente, con la entrada en vigor en enero pasado de la reducción a 90 kilómetros por hora del límite máximo de velocidad en las carreteras secundarias. Con todo, a la hora de valorar este repunte interanual también hay que tener en cuenta que la comparación se establece con un ejercicio, el 2018, que fue el segundo con una menor cifra de fallecidos en vías interurbanas de la última década, con 40. Solo el 2013 tuvo un mejor balance, con 38, mientras que en el 2017 y el 2016 habían sido 53 y 48, respectivamente. En el 2009 la pérdida de vidas llegó a ser casi el doble que la del año pasado, con 74 muertes en Extremadura.