Los cultivadores de tabaco que permanecían encerrados desde el 11 de febrero en la casa de cultura de Talayuela en demanda de soluciones para el sector dieron ayer por finalizada su protesta tras el encuentro que mantuvieron en Mérida por la mañana con el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Por la tarde, Ibarra y la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, participaron en un acto del PSOE en Talayuela entre fuertes abucheos del millar de personas que llenaban el polideportivo.

Los abucheos enojaron a Ibarra, que dijo haber vivido sólo otras dos situaciones como la de ayer: una, cuando HB reventó un acto en el que él participaba en Torrelavega (Cantabria) hace años, y otra, cuando hace 25 años vio cómo Tejero entraba en el Congreso siendo él diputado.

Tras la reunión con Ibarra de la mañana, los portavoces de los encerrados, Higinio Burcio y José Moreno Ibáñez, aseguraron que el presidente "es consciente del malestar existente en el sector" y optaron por dar por concluido el encierro después de 13 días.

Burcio fue más lejos al revelar que en la reunión con Ibarra se produjo "una lucha fratricida" entre los responsables de las distintas Agrupaciones de Productores Agrarios (APAs) asistentes. Moreno se mostró convencido de que se ha producido "una fractura social" en el sector tabaquero y que habrá "un antes y un después".

Pese a dar por concluido el encierro, los tabaqueros no descartan reanudar las movilizaciones si finalmente el volumen de la cosecha se incrementa. La principal de sus reivindicaciones era reducir producción para obtener un mayor precio de la ayuda comunitaria, y pese a que sus previsiones iniciales eran contratar un 40% menos que en la cosecha del 2005, al final deberán conformarse con una merma del 16%.

Los promotores del encierro alentaron ayer a los agricultores a convocar asambleas en las distintas APAs para renovar los consejos rectores y nombrar nuevos presidentes "que luchen por los intereses generales del sector". Los cultivadores de tabaco salieron ayer "descontentos" tras la reunión mantenida en Mérida con las agrupaciones de productores y el presidente de la Junta. Según comentó Higinio Burcio, en ese encuentro "no se ha solucionado nada", y advirtió que el sector se encuentra actualmente en una situación de mayor incertidumbre que hace unos días, después de que no se hayan tomado "decisiones claras" acerca de las propuestas planteadas.

A su juicio, todos los implicados en el sector tabaquero tienen que "recapacitar" para lograr el objetivo que les ha obligado a encerrarse en Talayuela, y que no es otro que la creación de una bolsa común a partir de la parte desacoplada de las ayudas que se reparta después de forma equitativa entre los productores, recordó. Esta, comentó, "es la única forma de que las zonas tabaqueras continúen produciendo, de mantener el tejido social de la zona y de los agricultores".

Se trata, insistió, de aplicar el sentido común para que "con el dinero que viene de Bruselas haya un reparto, en que un señor de 700.000 kilos ponga su tabaco, pero uno de 10.000 kilos también lo ponga en las mismas condiciones". Además, dejó claro que no existe alternativa al cultivo del tabaco.

Por otro lado, el consejero de Agricultura, José Luis Quintana, insistió en que la unidad del sector es la mejor manera de afrontar la crisis existente, una unidad, dijo, que evitó que el cultivo desapareciera hace dos años. Hoy, explicó, "los agricultores saben cuánto van a producir, a qué empresas se lo van a vender, a qué precio y que van a cobrar un 16 por ciento más de subvención", e insistió en que "ya hay suficientes enemigos fuera del sector como para que haya crispación interna".