Comenzó a correr cuando tenía diez años en las carreras populares de su pueblo, Zorita, después saltó a la escuela municipal de Trujillo y tras pasar por varios clubes recaló en Madrid, donde reside y entrena esta atleta extremeña de 3.000 metros obstáculos. "Nunca me he sentido discriminada en el deporte por ser mujer y nunca me ha condicionado", dice. Pero recuerda que años atrás sí que había discriminación y que los premios en las categorías femeninas eran inferiores a las pruebas masculinas. Se les premiaba con más dinero o premios mejores con la excusa de que hacían más distancia. "Pero ese tema está totalmente superado y puedo hablar de igualdad en el atletismo", asegura. ¿Y en otros deportes? "Desgraciadamente en otros deportes como el fútbol, la categoría masculina se lleva la atención", lamenta, aunque asegura que no se puede equiparar esa situación al atletismo, donde además el máximo exponente ahora es Ruth Beitia.

"Creo que la igualdad va llegando a todos los ámbitos", asegura la deportista, que no se identifica con la reivindicación del 8 de marzo ahora. "Quizás hace años, cuando la figura de la mujer estaba muy tapada", dice.