Su vida no ha sido un camino de rosas, pero Gloria Palomino Alvarez refleja en su cara la entereza con la que ha afrontado el destino que la vida tenía preparado para ella. A sus 68 años de edad esta extremeña, nacida en San Pedro de Mérida, ha recibido con enorme satisfacción la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, de manos de la delegada del Gobierno, Carmen Pereira. Este galardón reconoce la labor de una mujer que ha trabajado toda su vida en el campo y que desde los diecisiete años, cuando quedó huérfana de madre, tuvo que hacerse cargo de un hermano enfermo, del que cuidó junto a su hermana hasta que él murió.

Años después, siendo la principal responsable de la casa familiar y estando al frente de la explotación agraria de la que eran propietarios, la vida le dió un nuevo revés con la enfermedad de su padre, que padeció alzheimer. Ella y su hermana tuvieron que hacerse cargo de su cuidado y del de la abuela de ambas hasta que los dos fallecieron, porque "no teníamos familia alguna que nos pudiera ayudar", se lamenta la galardonada. Pese a todo, Gloria nunca perdió las ganas de aprender y luchar por un futuro mejor y consiguió el certificado de estudios primarios.

El perfil de Gloria Palomino puede ser también el de muchas mujeres del mundo rural extremeño que han tenido que ser las abanderadas de su hogar y trabajar al mismo tiempo en el campo para poder sacar adelante a su familia. Por ello, durante el acto de entrega de la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, celebrado ayer en la Delegación del Gobierno en Badajoz, Carmen Pereira quiso destacar que en la figura de Gloria, cuya vida alabó, se hace "un homenaje a la mujer del mundo rural extremeño, a la mujer que ha tenido que luchar por conseguir sacar adelante a su familia y su medio de vida".

Luchadora incansable

Lejos de recluirse en su hogar, Gloria participa activamente en agrupaciones como la Asociación de la Mujer Rural y su Entorno Social (AMURES) y la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR). Esta activa pacense ha trabajado hasta este año en su explotación agrícola y ahora tiene un chico al cargo de la misma "que es como si fuera un hijo", dice con cariño Gloria, que nunca llegó a ser madre. Concienciada de que la voz de los trabajadores del campo tiene más fuerza si estos van de la mano, Gloria Palomino también está afiliada a la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), donde su vida sirve de ejemplo a los jóvenes agricultores de hoy.

La labor de Gloria Palomino no ha sido reconocida solo por el Ministerio de Trabajo, sino también por sus familiares y unos 30 vecinos que ayer la arropaban, junto a representantes de todas las Administraciones, en la entrega de un galardón que recibía con "mucho orgullo" esta mujer con la que la vida no ha podido.