La propuesta lanzada por el presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, para que PSOE y PP pacten una nueva ley electoral para expulsar a los nacionalistas del Parlamento español, ha desatado una verdadera tormenta en Cataluña, País Vasco y Galicia, desde donde se han escuchado voces tachando al presidente extremeño de ser "más autoritario que Aznar", según Xavier Trías (CiU); de tener el mismo planteamiento excluyente que "Batasuna y ETA", a juicio de Iñaki Anasagasti (PNV), y de proponer una "involución democrática", según Carlos Aymerich (BNG). Asimismo, la iniciativa ha sido rechazada por dirigentes socialistas catalanes y por el PP, según informó Efe.

Además, el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, dijo que la existencia de Extremadura como CCAA se debe al "hecho nacional catalán". Desde esta misma formación, Trías dijo que busca votos. Por su parte el dirigente de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, opinó que "supera por la derecha a alguien con actitudes tan primarias como Aznar".

EN EUSKADI

En el País Vasco, el portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasgasti comentó que las declaraciones forman parte de la campaña de Ibarra "que cree que conseguir votos es insultar a los vascos, a los catalanes y a los gallegos para tener prietas sus filas", mientras en Galicia, Aymerich coincidió en que el dirigente extremeño quiere captar votos "de la derecha más reaccionaria".

Todas las fuerzas nacionalistas criticaron el silencio de la dirección nacional del PSOE, aunque dirigentes catalanes de este partido como Pascual Maragall y Joaquim Nadal sí fueron críticos, atribuyendo la propuesta a "cosas de Juan Carlos" o tachándola de "grave irresponsabilidad".

Finalmente, también el PP cuestionó la iniciativa. Así, su secretario general, Javier Arenas, recordó que las reglas electorales sólo deben cambiar si existe un gran consenso, y que el cambio debe estar "al servicio de la democracia y no de intereses partidistas". Por su parte, Carlos Floriano, presidente del PP extremeño, calificó la propuesta de guiño electoralista de alguien que "ha vivido más de hablar que de gestionar".