En algunos casos fueron apenas diez minutos de pedrisco, pero con tal fuerza que los daños en el cultivo han tirado por la borda la campaña. Las tormentas que descargaron el martes por la tarde en la zona de Las Vegas del Guadiana y del Alagón han causado daños de distinta dimensión en cientos de hectáreas de cultivos: en algunas explotaciones ha arrasado con toda la producción, en otras confían en poder salvar al menos una parte. Ayer se empezaron a evaluar los daños que han originado las tormentas y a principios de la próxima semana se espera contar ya con una cifra más o menos definida del impacto económico que tendrá la granizada. «Aún no sabemos el alcance de los daños, nuestros técnicos están viéndolo», señaló el dirigente de UPA-UCE, Antonio Prieto.

También los técnicos de la Consejería de Agricultura comenzaron a inspeccionan ayer por la mañana los cultivos afectados en la zona de Vegas Altas, según informó la Junta de Extremadura, que instó además a Agroseguro a agilizar la peritación de los daños.

La zona de las Vegas del Guadiana es la más afectada. No hay cifra concreta aún de las explotaciones que se han visto perjudicadas y el impacto económico de las pérdidas, pero sí que pertenecen a las localidades de Valdivia, Zurbarán, Entrerríos, Navalvillar de Pela, Medellín y Mengabril. Los cultivos más dañados allí han sido los del tomate, especialmente las variedades más tardías, y algo de arroz. También ha afectado a los frutales, aunque en la mayoría de los casos de estos últimos, la recogida ya se había completado y lo más probable es que el granizo haya dañado únicamente al árbol; salvo en el caso de la ciruela, que estaba aún en plena recolección de las variedades más tardías.

Un mal año

«Es un año para cerrarlo ya», lamentó ayer el presidente de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Villanueva de la Serena y Comarca (Agryga), Herminio Íñiguez. «Estas tormentas de agosto en plena recolección de fruta y tomate hacen muchísimo daño después de un año complicado», manifestó. Según Íñiguez, el pedrisco ha dañado muchas plantaciones de ciruela que estaban casi listas para recolectar, que son además variedades demandadas en el mercado. Es el caso de la ciruela, que aunque lleva un verano convulso por el cierre del mercado brasileño, que está tirando los precios de muchas variedades de ciruela, hay otras muy demandadas, «que desgraciadamente son de las afectadas en las Vegas del Guadiana».

«Estamos teniendo muy mala suerte en el campo. El temporal ha azotado fuerte a plantaciones de tomate próximo a recolectar en toda la comarca», añadió el presidente de Agryga, informa Raúl Haba.

Las previsiones meteorológicas del martes ponían en alerta amarilla a varias zonas de Extremadura, aunque principalmente en la provincia de Cáceres y en la comarca de La Siberia en el caso de Badajoz. Sin embargo, las primeras lluvias llegaron en torno a las cinco de la tarde y durante dos horas, varias cuerdas de tormenta recorrieron los municipios colindantes a la carretera N-430, según recoge Efe.

También descargaron con intensidad en la vega del río Alagón, donde se estima que la superficie afectada puede rondar las 700 hectáreas, según el primer recuento realizado por Asaja Extremadura. La mayoría de los cultivos afectados se extienden en la zona de regadío del Alagón, especialmente en las zonas de Coria, El Batán, Puebla de Argeme y Rincón del Obispo. En este caso el cultivo más dañado es el del tabaco, en el que se calcula que se han perdido unas 400 hectáreas que estaban listas además para iniciar la recolección, por lo que la única alternativa para estos agricultores será arrancar toda esta producción. Las otras 300 hectáreas afectadas corresponden a plantaciones de tomate, que temen que se puedan perder en su totalidad, así como el pimiento, tanto el crudo como el destinado a pimentón. El maíz es otro de los cultivos que se ha visto perjudicado, aunque y daños puntuales en el maíz.

Ayudas

El dirigente de esta organización agraria, Ángel García Blanco, exigió ayer a los técnicos de Agroseguro «que visiten esta zona para evaluar cuanto antes los daños ocasionados» y reclamó también a la Junta de Extremadura «que tome las medidas precisas para que los productores de la zona.

En una primera evaluación, la entidad aseguradora Agroseguro calcula que las tormentas que atravesaron la península ocasionaron daños en 24.000 hectáreas de cultivos, «principalmente de Castilla-La Mancha y Extremadura».

En relación con estos daños en le campo, el presidente del PP de Extremadura, José Antonio Monago, pidió a la Junta «que ponga ayudas encima de la mesa para los afectados».

«No me queda nada que recolectar»

«Justo ayer había empezado a recoger el tabaco. Tenía a ocho trabajadores conmigo. Hoy ya les he dicho que no vengan. No hay nada que recoger. Lo único que puedo hacer es arrancarlo todo y eso lo puedo hacer yo solo. No puedo contratar a nadie». La voz de José Vicente Escamochero al otro lado de teléfono suena a resignación. Sabe que el campo juega pasadas como la que una granizada de unos minutos le jugó el martes por la tarde, arrasando por completo sus nueve hectáreas de tabaco negro. «Estoy esperando a que vengan a peritar para empezar a arrancarlo. No puedo hacer nada más», insiste desde su explotación de El Batán.

El granizo también le ha dañado otra parte de la explotación en la que tiene plantado maíz, pero en ese caso confía en que los daños únicamente estén en las hojas y que las mazorcas se puedan salvar; en el caso del tabaco, sabe que no habrá nada que hacer con los 28.000 kilos que se quedarán en el campo. Y con ellos unos 60.000 euros.

También evaluaba daños en su explotación de tomates en Rincón del Obispo Almudena Gordo. «Llevo toda la vida en el campo y nunca había visto lo que vi ayer», decía por teléfono, en referencia a la granizada del martes que causó importantes daños a su explotación. La tormenta le pilló en el campo y tuvo que buscar refugio en un secadero. «Menos mal que ya habíamos recogido una buena parte, pero el tardío no sé si lo vamos a poder salvar», lamenta. El tomate parece que no se ha dañado mucho, a pesar de que los granizos eran de un tamaño considerable. Pero el problema es que se han roto las ramas y se ha mojado la mesa del tomate y en cuanto salga el sol corren el riesgo de que el fruto «se pudra o se asolane». «No sé si podremos recogerlo», dice.