El Valle del Jerte viste en estos días sus mejores galas, en las que toda la gente se fija, derivadas de la floración de los cerezos que llenan los bancales de las montañas. Pero posiblemente un porcentaje importante de personas no se dan cuenta o no aprecian en toda su magnitud que los verdaderos artífices de la belleza que envuelve la comarca son los agricultores, que esforzados generación tras generación, se han ocupado de cultivar tan singular árbol, convertido con el devenir de los tiempos en el principal pilar económico de los once municipios, que cuentan con un censo global de once mil quinientas almas.