La plaza Mayor de Trujillo volvió un año más a convertirse en una gran marea multicolor el Domingo de Resurrección. Desde lo alto predominaba el rojo de los pañuelos sobre los hombros, aunque de cerca el amarillo, verde, azul, blanco y negro se entremezclaban en refajos o polleras, enaguas, corpiños y polainas que lucían con gracia las trujillanas. Esta explosión de color y alegría tiene el nombre de Chíviri. Una celebración que atrae a residentes y forasteros por igual, para disfrutar del final de la Semana Santa en un ambiente de tradición y cordialidad. Ello fue posible gracias a que toda la organización se volcó para que las cerca de 15.000 personas que se dieron cita, pudieran marcharse con un buen sabor de boca hasta el año que viene, recordando lo disfrutado en esta fiesta de Interés Turístico Regional.

El origen de esta celebración se remonta a principios del siglo XIX, donde se festejaba la llegada de la primavera y el buen tiempo. Por este motivo, la gente salía a la calle y se reunía en torno a la plaza Mayor para despedir al invierno, cantando, bailando, comiendo y bebiendo. Esa esencia se sigue manteniendo aún hoy en día, cada año con mayor auge y afluencia de visitantes y turistas. Muchos de estos últimos, hacen coincidir su paso por la ciudad con esta fiesta, para gozar a la vez del Chíviri y de los encantos que esconde cada rincón de Trujillo.

MUSICA Y CANTICOS Ayer se vivió un gran día de fiesta donde la música fue la protagonista. No faltó uno de sus sones más populares que dice "Trujillo por las Pascuas yo no sé lo que parece. Ay, chíviri, chíviri, chíviri, ay, chíviri, chíviri, chon. Que vienen los forasteros y se cuelan como peces. Ay, chíviri, chíviri, chíviri, ay, chíviri, chíviri, chon". Precisamente, se dice que el nombre de la fiesta proviene del baile que danzan los presentes en la plaza durante todo el día, al son de los versos que escribió el poeta trujillano Gregorio Rubio, más conocido como 'Goro'. Además, contribuyó a calentar el ambiente la orquesta Pizarro, dejando por la tarde el testigo al grupo Muérdago Folk, dentro del XXXIII Festival Folclórico.

Según fuentes municipales, la jornada transcurrió con tranquilidad y sin incidentes reseñables. Algo a lo que contribuyó no solo la concienciación ciudadana, sino también el gran despliegue de seguridad que hubo durante todo el día en la plaza y calles aledañas. De ahí que el balance haya sido positivo un año más.