"Hay que seguir esperando porque la gravedad de las heridas son importantes, pero a pesar de todo, la situación es estable". Así de optimista hablaba ayer Isabel González, la portavoz de la familia de Miriam Alonso, la joven de 20 años que el pasado martes fue arrojada por un desconocido al metro de Madrid.

Miriam fue sometida ayer por la mañana a una pequeña intervención para prevenir posibles infecciones en la pierna que le tuvieron que amputar. Según señaló la portavoz a Europa Press, la joven, natural de Logrosán pero que trabajaba en Madrid, no necesitó ninguna transfusión de sangre y permanece sedada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Doce de Octubre. Sin embargo, a pesar de su sedación, Miriam "ha tenido algunos momentos en los que se ha mostrado sensible".

La portavoz también explicó que los médicos son "prudentes" a la hora de informar sobre cómo evolucionará la paciente porque "puede pasar cualquier cosa". Eso sí, Miriam es una mujer con "mucha fuerza y después de 48 horas del trágico suceso no ha dejado de luchar por sobrevivir".

La presidenta de la comunidad de Madrid , Esperanza Aguirre, visitó ayer por la mañana a Miriam y sus familiares para expresarles todo su apoyo y darles ánimos. Les dijo, según la portavoz de la familia, que si todo va bien y Miriam sale a delante, tendrá garantizado su futuro psicológico, físico y laboral. "Estas palabras vienen muy bien en estos momentos dolorosos".

Por su parte, los vecinos de la localidad cacereña de Logrosán, de donde es Miriam y su familia, siguen consternados y pendientes de cualquier información. Desde que conocieron la noticia no dejan de pensar en Miriam, y es que muchos la conocían desde niña. "Es una pena que le haya pasado esto a una chica tan joven que nunca se mete con nadie. Estamos tristes. Desde aquí le mandamos todo nuestro cariño y que se mejore pronto", señalaba a este diario Vicenta Fernández.