Parece una broma de mal gusto. El tren, convertido por la política y por las averías y los retrasos en una de las principales preocupaciones de los extremeños, abre el año con dos averías y con demoras en tres recorridos. La primera se registró por la mañana, en el Talgo que salió de Badajoz a las 8.45, y ocurrió a la altura de Mérida. La segunda fue por la tarde y también se produjo en la capital autonómica, en el media distancia que une Badajoz con Madrid. Fue una nueva avería mecánica, aunque más grave que la ocurrida horas antes, ya que se tuvo que trasbordar a los pasajeros a otro tren.

El Talgo que se averió en Mérida llegó a Madrid con 42 minutos de retraso. Ese mismo Talgo, que se tuvo que revisar y preparar en Madrid, salió por la tarde de la estación de Chamartín en dirección a Badajoz con una demora de 24 minutos. Y por último el media distancia de la tarde ya acumulaba en Mérida un retraso de 61 minutos. Este tren, tras no llegar hasta Plasencia y salir desde Monfragüe, quedó parado en Navalmoral de la Mata por un fallo eléctrico, según denunciaron anoche indignados familiares de una de las viajeras.

Un total ,162 pasajeros que realizaban el trayecto entre Badajoz y Madrid han pasado dos horas parados esta noche a la altura de Navalmoral de la Mata, debido a una avería mecánica en el convoy, según han confirmado a Europa Press fuentes de Renfe. En total, el viaje acumuló un retraso de cuatro horas y diez minutos.

Después de iniciar el trayecto en la estación de Badajoz, el tren ha experimentado problemas a su paso por Navalmoral de la Mata, en Cáceres, a las 22.10 horas. Una vez iniciada la marcha, el tren se ha detenido a unos pocos kilómetros de la estación y se ha quedado a oscuras durante unas dos horas, con el trastorno considerable a los viajeros dado que no había luz ni calefacción y prácticamente todo estaba oscuro. Ha habido cuantiosos mensajes de protesta en redes sociales.

Al filo de la medianoche, a los pasajeros se les ha hecho abandonar el convoy para realizar en autobús el final del trayecto hasta la estación de Atocha, en Madrid. Finalmente los viajeros han llegado a destino con más de cuatro horas de retraso.

Interior del tren a oscuras cerca de Navalmoral de la Mata.

PRESENCIA DE LA POLICÍA

A causa del retraso del Talgo, en la estación de Cáceres se produjeron incidentes ayer por la mañana. Uno de los pasajeros que esperaba pidió explicaciones al funcionario que estaba en la taquilla, que llamó a la Policía Nacional. Los agentes intervinieron para calmar los ánimos entre el medio centenar de usuarios del ferrocarril que se vieron afectados en Cáceres por el retraso de ese convoy. Tenía que salir de la ciudad a las 10.25, pero no lo hizo hasta las 11.15.

Y por la tarde más de lo mismo. Medio centenar de usuarios afectados por un retraso de más de una hora a causa de otra avería. El tren tenía que llegar a las 19.09 horas y lo hizo al filo de las 20.00 horas para continuar su camino a Madrid. Aún así, según relataron algunos afectados, el convoy paró en Monfragüe y bajó a todos los pasajeros que iban a Plasencia, que terminaron el trayecto en autobús mietras el resto de usuarios continuaron en el convoy con destino a la capital. «No hay derecho», se quejaba Rafael Pérez, que esperaba a su mujer en Plasencia.

«Me decía mi familia que era una temeridad irme en tren, pero quería evitar el atasco de la entrada a Madrid y al final tengo el atasco aquí», ironizaba Ángeles sobre el retraso que acumulaba el convoy. Ella lo llevaba con humor porque estaba aprovechando la espera para pasar ese tiempo con su sobrino, aunque fuera en la estación de Cáceres. Pero entre otros usuarios la sensación era más bien de hartazgo: «Nunca vengo en tren. Uso BlaBlaCar, pero por las fechas en las que tenía que viajar no me quedaba más remedio y he tenido problemas en los dos trenes que he cogido en esta Navidad», explicaba Claudia molesta.

Ayer era para muchos el día de las despedidas tras las vacaciones de Navidad y el tren era la única alternativa para apurar al máximo el tiempo con sus familiares antes de volver a Madrid. Entre los acompañantes de los afectados el enfado era también evidente. «Mucha manifestación, pero estamos igual que siempre, con trenes viejos y que se averían. Es indignante lo que pasa aquí. Y con la hora que es (al filo de las 20.00 horas) y encima irán sin cafetería, ni máquina de comida», decía Alfonso mientras su hija Cristina redactaba la reclamación que iba a presentar. Como ella, otros afectados cumplimentaron también las reclamaciones, como la hija de Esperanza: «Un 1 de enero no hay más opción que el tren para los que tienen que volver a Madrid, y mira el tren que tenemos, no hay derecho», lamentaba la madre.