Las tres empresas propietarias de la Central Nuclear de Almaraz volverán a verse las caras hoy a partir de las cuatro de la tarde para tratar nuevamente de llegar a un acuerdo en torno a la solicitud de prórroga de esta instalación.

Será la tercera reunión que Iberdrola, Endesa y Naturgy mantengan en apenas diez días, los mismos que quedan para que expire formalmente el plazo para que se solicite renovar la licencia. Antes de esa fecha «Llegaremos a un acuerdo absolutamente razonable y en base a lo que es el protocolo [firmado por las tres con Enresa], que es lo que queremos», avanzó ayer el consejero delegado de Endesa, José D. Bogas, pese a que la última reunión, mantenida el martes, acabó tras cerca de ocho horas con las posturas de las propietarias lejos de alcanzar un punto de encuentro.

Si bien hace dos días esta compañía llegó a proponer a Iberdrola y Naturgy que le cediesen su parte de la Central de Almaraz si consideraban que la operación de la planta no era rentable, Bogas reconoció ayer que se trata de una posibilidad muy remota. «Olvidémonos de que vaya a ocurrir eso», zanjó. Fuentes cercanas a las otras dos propietarias confirmaron también que esa opción se puso encima de la mesa, pero que «ni se consideró», una vez que la propuesta incluía transmitir su parte del capital a coste cero y, además, que tanto Iberdrola como Naturgy tuvieran que seguir afrontando los gastos relativos al futuro predesmantelamiento de la planta en función de su actual participación (53% y 11%, respectivamente).

Ambas compañías proponen que si el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) en su informe para concederles la renovación del permiso impone unas condiciones que trastoquen el plan de negocio aprobado el pasado 12 de marzo, que contempla unas inversiones recurrentes de 400 millones de euros, se puedan volver a reunir para evaluar si siguen adelante con la petición de renovación para Almaraz.

Por otro lado, el comité de empresa de la central de Almaraz advirtió ayer de que, si las firmas propietarias de esta planta no alcanzan un acuerdo para renovar la licencia de explotación, la comarca cacereña de Campo Arañuelo se verá abocada a «una quiebra económica y social» de gran magnitud.

SITUACIÓN DE «CAOS» / De no renovarse, el permiso de la instalación concluirá en junio del año que viene, lo que supondría «un caos» mucho mayor que el que registro la economía y el empleo de los entornos próximos a las centrales de Zorita (Guadalajara) y Santa María de Garoña (Burgos).

El miedo a que la central de Almaraz se vea abocada al cierre por la falta de acuerdo entre las empresas propietarias, como ya ocurrió con la de Garoña, fue trasladado ayer por el comité de empresa al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, durante un encuentro celebrado en Mérida. «Nos preocupa mucho que no haya una petición para la prórroga de la licencia», remarcó el presidente del comité de empresa de la central, César Vizcaíno, al finalizar la reunión con el jefe del Ejecutivo extremeño. Al margen de las repercusiones económicas y de empleo, Vizcaíno aseguró no entender el empeño existente en cerrar Almaraz cuanto antes, «una planta rentable, de las más seguras del mundo» y que aporta el 6% del total de la energía consumida en el país.

A través de una nota de prensa, el Gobierno extremeño informó de que Guillermo Fernández Vara reiteró su respaldo al funcionamiento y la actividad de Almaraz «en tanto no se defina una alternativa económica para la comarca de Campo Arañuelo».