Al igual que en las películas de acción, los conductores de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y de altos cargos de Extremadura necesitan entrenarse al volante para salir airosos de situaciones arriesgadas, al estilo Starsky y Hutch .

Conseguir hacer un trompo marcha atrás con el coche, una frenada sobre suelo mojado con un obstáculo final o echar de la calzada a otro vehículo, sin que te pongan una multa es posible si eres un agente de la autoridad o el conductor de una persona importante que tiene que velar por su seguridad.

Estas son algunas de las prácticas que un grupo de 37 conductores, funcionarios de todas las escalas del Cuerpo Nacional de la Policía y de otras administraciones, han aprendido en el primer Curso de Conducción Evasiva y de Seguridad que se ha celebrado en Extremadura y que se clausuró la pasada semana con la entrega de diplomas.

En este curso, organizado por la Dirección General de la Policía e impartido en las instalaciones de la Base Aérea de Talavera La Real, han participado también el conductor del presidente de la Junta de Extremadura, de la delegada del Gobierno y el del alcalde de Badajoz.

"Se trata de un curso de especialización, ya que los que participan son expertos al volante pero con estas nociones tratan de conocer las prestaciones que puede dar un coche y todas las cosas que se pueden hacer con él", según el jefe de la Jefatura Superior de la Policía Nacional, Eusebio Escribano, quien destacó la aceptación que había suscitado este curso, que no pudieron realizar otros conductores por falta de plazas.

El subinspector Alfonso Fernández León, de la jefatura superior, fue uno de los seleccionados. "Ha sido un curso muy útil para los policías, sobre todo para los que estamos en la calle, hemos aprendido a hacer trompos, a salir de un ataque y a salvar a la autoridad de un tiroteo o cualquier acción agresiva". En su opinión, "deberían aprender esto todos los funcionarios de la policía".

Aunque estas prácticas sólo sirven para situaciones excepcionales, el subinspector Fernández León considera que "en el trabajo rutinario sirve para una persecución de un vehículo, al que le damos el alto y no para, podemos conseguir, sin causar daños, echarlo fuera de la calzada", explicó.

Para el jefe del Servicio de Aplicaciones Técnicas de la Dirección General de la Policía, Juan Lava, el objetivo de estos cursos es mejorar la calidad de conducción de los funcionarios, "y con este perfeccionamiento lo que hacemos es ayudar al ciudadano porque nuestra respuesta será más rápida y más segura". Según Juan Lava, la idea es repetir el curso en Extremadura porque con este aprendizaje "se consigue aumentar la eficacia y la respuesta ante cualquier situación".