La mayoría de las casas que se han rehabilitado en el último año en la parte antigua de Cáceres lucen en su fachada un azulejo con una ‘AT’. Los vecinos de toda la vida se van cambiando por viajeros que, cada vez más, prefieren este tipo de alojamiento para conocer la ciudad. Es la evidencia de que los apartamentos turísticos continúan ganando terreno y ocupando los inmuebles abandonados del casco antiguo, a la vez que se convierten en la opción más atractiva para descubrir el entorno.
El ejemplo cacereño se repite en otros municipios muy visitados como es el caso de Mérida. Y esta realidad la constatan los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre ocupación extrahotelera en Extremadura: en los últimos cuatro años se han más que duplicado el número de viajeros que pernoctan en estos alojamientos. Si bien antes era la alternativa más común para los más jóvenes, ahora también es una opción preferente para familias y parejas de mediana edad.
Las cifras del Instituto Nacional de Estadística reflejan que si en los seis primeros meses de este 2018 hubo 38.384 personas que durmieron en un apartamento turístico de la región, en el mismo periodo de 2014 fueron solo 15.594. Madrid y País Vasco siguen siendo las comunidades autónomas emisoras más representativas en cuanto a visitantes de la región.
Además, uno de los puntos positivos para la región de este último balance es que el norte de Extremadura aparece en la lista de zonas turísticas más visitadas del país.
LA OTRA LECTURA / Pero si por una parte el número de viajeros se ha más que multiplicado por dos en este periodo analizado de cuatro años, el incremento de los inmuebles de estas características ha sido menos llamativo. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, en el mes de junio de 2014 había en Extremadura 1.626 plazas; hace dos meses habían subido a 2.025 plazas. En cuanto a los apartamentos disponibles, la subida en ese tramo ha sido solo de 380 a 474.
Esa es la versión oficial. La segunda lectura dice que hay casi la misma oferta de ilegales que de legales, sobre todo en ciudades como Cáceres y Mérida. En los primeros (cuyos propietarios no pagan tasas ni impuestos ni declaran las ganancias) se suelen hacer ofertas agresivas (de casi la mitad de precio que los otros), de manera que son los que se agotan antes. A pesar de que la Junta de Extremadura tiene en marcha una ley para abordar esta casuística, el problema está más que presente.
los PUESTOS DE TRABAJO / Otro de los objetivos que se pretende con el aumento de turistas en la comunidad es la creación de puestos de trabajo, de hecho, se pone el foco en que este sector se convierta en un nicho de empleo. Pero en este caso -siguiendo igualmente las estadísticas del INE- el personal ocupado ha decaído desde 2014 hasta la actualidad. Si hace cuatro años había en el mes de junio 183 empleados, ahora son 175.
Otra señal más de que muchos de los que se dedican a este negocio no figuran en los registros oficiales.
