Limpiar el río Guadiana de camalote. Este es el objetivo de un plan estratégico de lucha contra la plaga que se va a desarrollar en los 175 kilómetros de río que en la actualidad se encuentran «infectados» por esta planta invasora. La delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco, anunció ayer que la Unidad Militar de Emergencias (UME) se incorporará a las labores de eliminación del camalote a mediados del próximo mes de octubre con 120 efectivos, inicialmente, y que lo hará en el tramo urbano de Badajoz. Los trabajos, que se repartirán entre la UME y los propios empleados que la empresa pública Tragsa pone a disposición de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), no se desarrollarán solo en invierno, sino que continuarán con fases de «vigilancia» para evitar la proliferación de esta planta en los próximos años. El plan contempla la actuación en 11 tramos del Guadiana y, para ello, se destinarán 3,5 millones de euros en «nuevas encomiendas», que supondrán unos 300 puestos de trabajo durante la fase «intensiva» de extracción cuando la planta ya esté empezando a secarse.

Antes de atender a los medios de comunicación, García Seco había mantenido una reunión de trabajo en Mérida a la que asistieron también el presidente del gobierno regional, Guillermo Fernández Vara, así como representantes de los ministerios de Interior y Defensa, de la UME, de la CHG y de la Consejería de Medio ambiente. En este encuentro se analizó el plan coordinado desde la Delegación del Gobierno para la eliminación del camalote, que se ha establecido en cuatro fases, como continuación de los trabajos de extracción que la CHG viene desarrollando en el río. Estas labores se intensificarán «a partir del próximo 15 de octubre», que será cuando se incorporen los medios humanos de la UME.

De manera simultánea, los recursos de la CHG iniciarán una eliminación intensiva desde la desembocadura del río Júcar para ir realizando la eliminación de la planta desde arriba hacia abajo en el río. Uno de los motivos por los que la UME comenzará sus trabajos en la parte baja del río Guadiana es para evitar que la planta llegue a Portugal. En concreto, García Seco explicó que se pretende trabajar con 32 embarcaciones, con 20 equipos de Tragsa, más 120 efectivos de la UME, aunque en este último «no es una cantidad fija» de medios, ya que «los medios materiales y humanos se irán adaptando a las distintas fases de trabajo y se podrán incorporar en momentos puntuales cuando se vea necesario». En total, y según las previsiones iniciales, unas 280 personas trabajarán en esta fase de inicio, de las que «unos 120 serán efectivos de la UME», 64 de la empresa Tragsa (adjudicataria del contrato de limpieza de la CHG) y unas 100 personas de nueva contratación.

Sobre el plan de choque, García Seco incidió en que las primeras fases de eliminación de la planta serán «muy intensivas» para que a partir de febrero, que es cuando comienza de nuevo la fase vegetativa del camalote, las labores de prevención sean «continuas». También se va a trabajar con la gestión del material que se extrae de la limpieza del río, que cuenta con «muchísima agua, sobre todo en la fase verde», y cuya eliminación por tanto «no es fácil». Según la delegada, lo «más importante» es no llevar a la planta extraída «muy lejos» porque de lo contrario «puede diseminar el problema y llevarlo a otros cauces». Durante todo el proceso habrá una fase de «gestión del material extraído» dirigida a procesar y destruir la planta retirada.

El jefe del ejecutivo autonómico, Guillermo Fernández Vara, agradeció ayer la colaboración y el trabajo de todas las administraciones implicadas en este plan, que aprovechará los meses de octubre a febrero para desarrollar «una tarea muy activa de limpieza en profundidad» del camalote, tras la que se aplicará un «seguimiento, actuación y vigilancia». El presidente extremeño espera que el «problema» existente con el camalote en el Guadiana se pueda «resolver a lo largo de los próximos meses y controlar de cara al futuro».