"Solo pido igualdad, introducir un tercer sexo desde la infancia, que no todo sea blanco y negro, que haya varios tonos de gris". Las palabras sobrecogen especialmente cuando quien las pronuncia es un niño de apenas 14 años que sabe lo que es sufrir en carne propia el miedo al rechazo y el qué dirán los demás por el simple hecho de ser diferente. Pau nació niña. Y pese a su juventud, ayer tuvo la valentía de subirse al atril y tomar la palabra en el acto institucional contra la homofobia, lesfobia, bifobia y transfobia que se celebró en la Asamblea de Extremadura "para hablar de un tema tabú en esta sociedad: la transexualidad". En su breve pero certera intervención solo pidió una cosa: igualdad para las más de 3.000 personas que en España viven con un sexo que no sienten. "¿Cómo piensan que tiene que sentirse una persona que debe identificarse con un DNI que no le corresponde? Porque a mí me da vergüenza mostrar el mío", señaló sin titubear ante los políticos y representantes institucionales.

Natural de Torremayor, Pau es el mediano de tres hermanos. Estudia segundo de ESO y sueña con dedicarse a la interpretación. Desde siempre supo que era un niño atrapado en el cuerpo de una niña: le gustaban los deportes de contacto, prefería los coches teledirigidos y las espadas a las muñecas y el último vestido que se puso fue el traje de comunión. Pero no fue hasta que vio un vídeo en YouTube cuando pudo "ponerle nombre". "Me llamó la atención. Un chaval contaba cómo se sentía y me vi identificado. Entonces supe qué era lo que me pasaba: era transexual".

Sus padres le habían llevado al psicólogo, pues "se encerró en sí mismo" al comenzar la pubertad y sus notas bajaron. El psicólogo fue el encargado de decirle a la familia lo que ocurría, ya que Pau, hasta entonces Paula, tenía "un miedo terrible" de que no lo aceptaran. "Esta situación es tan desconocida que la gente lo relaciona con el travestismo o la prostitución", dice con una madurez impropia para un niño de 14 años. Ayer tomó la palabra en el acto celebrado en la Asamblea en pro de la diversidad sexual a petición de la Fundación Triángulo, colectivo en el que la familia se ha apoyado en el proceso, y con la esperanza de que su testimonio pueda ayudar a otros chicos que están en la misma situación.

Pau comenzó el pasado verano el tratamiento hormonal, en su caso hay disforia de género y posiblemente en el futuro se someta a alguna operación. Ayer estuvo en todo momento acompañado por su padre, Fernando, que aunque reconoce que no ha sido fácil porque han tenido que "enterrar una identidad" para que otra naciera, cuenta orgulloso que su hijo ha tenido en todo momento el apoyo de su familia y que ahora "es la persona más normal y feliz del mundo".

Protocolo de atención

Pero el testimonio de Pau no fue el único. También contó su historia Anabel Pastor, la madre de Elsa, una menor de tan solo cuatro años natural de Arroyo de San Serván que "desde que supo expresarse y hablar dijo que era un niña". Visiblemente emocionada, Pastor explicó que en los pasados carnavales su hija se vistió de princesa, momento en el que se sintió "súper feliz", aunque las "miradas y risas" de la gente del pueblo motivaron que la pequeña llorara. Cuando llegó a casa, metió toda su ropa en una bolsa de basura y le dijo a su madre que nunca más se volvería a vestir de niño. "Ese paso fue muy duro, pero es importante que estos casos se den a conocer porque ellos solo quieren ser personas felices", afirmó Pastor, que consideró "imprescindible" la puesta en marcha del protocolo de atención a las personas transexuales en la región, con el que se pretende mejorar la detección temprana de las manifestaciones de la transexualidad y la calidad de la asistencia sanitaria prestada a este colectivo.

Las dificultades que sufren las mujeres bisexuales y lesbianas, su aislamiento y la discriminación que tienen que afrontar especialmente en medio rural fueron otros de los problemas que ayer se pusieron de manifiesto en el acto celebrado en el Parlamento extremeño, donde los colectivos LGTBI reclamaron a las administraciones públicas el desarrollo de la ley de igualdad sexual con la que cuenta la región, una de las más avanzadas de España, así como el impulso de acciones para trabajar en la normalización desde los colegios. Además de las personas que ofrecieron sus testimonios --entre ellas el exdiputado de IU Víctor Casco, que hizo pública su homosexualidad en la tribuna de la Asamblea durante la celebración de un pleno la pasada legislatura--, al acto asistieron el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara; la presidenta de la Cámara, Blanca Martín; y los presidentes de la Fundación Triángulo y de Extremadura Entiende, José María Núñez y Sisi Cáceres, respectivamente, junto a diputados y otras personalidades.

En la clausura del acto, Vara dijo sentirse "orgulloso" de que Extremadura sea una región donde se pueda ver con una "cierta normalidad" el reconocimiento de derechos del colectivo LGBT, si bien aún queda mucho camino por avanzar. "Hacer leyes es muy importante pero estas no transforman sino van acompañadas de profundo cambio social", dijo.