La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) de Extremadura ha alertado de que en el último año "han desaparecido 101 comercios familiares" en la región. Esto supone un duro golpe para el sector, que, según esta organización, continúa sufriendo los problemas originarios del comienzo de la crisis: "la financiación y falta de políticas activas por parte del Gobierno para un sector estratégico" dentro de la economía.

"Estos establecimientos asientan población y suponen un servicio primordial para los habitantes de estos municipios, que lamentablemente están viendo desaparecer sus únicos puntos de abastecimiento básico", apunta el coordinador general de UPTA Extremadura, Javier Pérez Santos. Pero, bajo su punto de vista, "lo más lamentable" es que las administraciones no están apoyando al sector mientras que "se ha demostrado que las medidas excepcionales puestas en marcha para otros sectores han supuesto un revulsivo en las ventas". Pérez Santos explica que, desde los inicios de la crisis, UPTA Extremadura ha apostado por la puesta en marcha de planes específicos para el sector, orientados al acceso a la financiación, bien por líneas crediticias o bien por créditos fiscales. Asimismo, la organización ha abogado por la jubilación anticipada para los comerciantes mayores de 61 años, vinculada al relevo generacional, o fiscalidad cero para los comercios de las poblaciones rurales más pequeñas.

SIN ESPECIALIZACION Por otra parte, la organización ha recordado que "ni siquiera la especialización puede contribuir a frenar el descenso de comerciantes" en el país, ya que las "pocas vías" existentes --como la informatización a través del Plan Avanza--, "han sido diseñados para otros fines, más orientados a la gran empresa y a los centros privados, dejando a los autónomos fuera de la última convocatoria".