Primero fueron los agricultores murcianos y valencianos, que desean garantizar sus cultivos. Ahora es el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, uno de los humedales más importantes de Europa y que está seriamente amenazado por culpa de la sobreexplotación y la sequía. El Levante y Castilla-La Mancha están demandando agua urgente para resolver ambas cuestiones y la posible solución puede pasar por Extremadura, concretamente por el trasvase desde Valdecañas al Segura.

La Comisión Europea confirmó ayer que ha abierto una investigación para aclarar cómo el paraje de Daimiel lleva seco cinco años y cómo se permite la existencia de miles de pozos, la mayoría ilegales, succionando sus lagunas. Bruselas da este paso justo en el momento en el que las administraciones españolas han activado todas las alarmas por el serio riesgo al que se enfrenta este espacio natural, situado en la provincia de Ciudad Real y protegido a nivel comunitario. Apenas 10 de sus 1.900 hectáreas tienen agua, aunque la chispa que ha encendido la alerta es el humo que desde hace meses sale del suelo por la incineración natural de la tundra que habita bajo el humedal, ahora casi seco.

La solución inmediata pasa por un trasvase de urgencia desde la cabecera del Tajo. El Gobierno contempla canalizar desde los embalses de Buendía y Bolarque 10 hectómetros cúbicos de agua. "Se aprobará el 3 de noviembre" y el traslado de agua se ejecutará a principios del 2010, según confirmó ayer el secretario de Estado de Medio Rural y Agua, Josep Puxeu. Y a largo plazo las administraciones piensan en el denominado Plan del Alto Guadiana como mejor remedio. Pero las medidas contempladas serán efectivas en el horizonte del 2015. El debate está en qué hacer hasta entonces.

El diario EL PAIS publicó ayer que "a medio plazo, el Gobierno confía en rellenar las Tablas a través del trasvase del Tajo Medio --es decir, desde Valdecañas-- hacia el Segura". La conducción hacia el Levante pasaría junto al humedal manchego, donde "podría dejar 40 hectómetros cúbicos al año".

Desde el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino niegan esta posibilidad. "Ni siquiera tenemos sobre la mesa un proyecto para hacer un hipotético trasvase de Valdecañas al Levante", argumentaron ayer, manteniendo el discurso dado desde que se comenzó a especular con la posibilidad de llevar agua a Murcia desde Extremadura, hace apenas un año.

"Habrá trasvase"

Pero hay quien desconfía del ministerio. Principalmente son los grupos ecologistas y plataformas ciudadanas como Defensa del Tajo y el Alberche. Bajo su punto de vista, el Gobierno tiene decidido acometer el trasvase desde Valdecañas y para ello cuenta con la complicidad de la Junta de Extremadura. Por ello sostienen que el informe encargado por el Ejecutivo extremeño para estudiar la viabilidad del trasvase es una mera cortina de humo. El objetivo, según advierten, es ganar tiempo para negociar las compensaciones que recibirán Extremadura y las empresas eléctricas por este proyecto. También recuerdan que España tendrá que contar con el visto bueno de Portugal, dado que el Tajo transita por los dos países.

La Junta de Extremadura, a través de la Consejería de Fomento, niega tener constancia de que los planes del Gobierno para salvar Daimiel pasen por Valdecañas. No ha sido consultada sobre este asunto y recuerda que el objeto del estudio a realizar es conocer y calcular las necesidades hídricas de la región para los próximos 50 años, incluyendo las obligaciones con Portugal, las exigencias ambientales y los posibles efectos del cambio climático. "Este estudio no conlleva la toma de ninguna decisión" sobre el trasvase, insiste la Administración extremeña.

Castilla-La Mancha, por su parte, mantiene su oposición a un nuevo trasvase hacia el Levante, aunque éste sirva para aliviar la situación de Las Tablas de Daimiel --solo aceptan el de urgencia anunciado por el Gobierno--. "La solución está en el Plan del Alto Guadiana, no en un eventual trasvase desde el Tajo medio", sostuvo ayer el consejero manchego de Ordenación del Territorio, Julián Sánchez. No obstante ese firme rechazo empieza a flaquear. Según el presidente de la comarca de Entrepeñas y Buendía, Julián Rebollo: "Nos oponemos a cualquiera, pero mejor que el agua vaya a Daimiel que al Levante".