Los vecinos de Barbaño han regresado durante algo más de una hora a sus viviendas para recoger objetos personales, medicamentos, ropa y poner a salvo sus enseres, dado que, por el momento, los 658 residentes no podrán volver a la localidad hasta que los técnicos de Protección Civil aseguren que no existen riesgos.

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A pesar de las horas de tensión pasadas, la calma reina entre los vecinos, según informa el alcalde de la entidad menor, Juan Manuel Ambrona, quien relata que, anoche, sobre las 23.30 horas, sonó el toque de domingo en la campana de la iglesia de la localidad que, al no ser domingo, significa que algo pasaba. Inmediatemente, los lugareños se trasaladaron a la plaza Mayor, donde se les comunicó la evacuación como medida preventiva ante la crecida del río Guadiana y la posibilidad de que el pueblo se inundase o se quedara aislado. No obstante, una hora y media antes, los residentes de Barbaño conococieron la situación y las alternativas que se barajaban.

Ocho autocares, que no se llenaron porque muchos obtaron por usar sus propios vehículos, trasladaron a los vecinos a Montijo. 83 se quedaron en el polideportivo convertido gracias a Cruz Roja en una albergue provisional con 200 camas y el resto fue a casa de familiares y amigos de Montijo y de localidades cercanas.

A Barbaño se accede desde la carretera de Montijo problemas, pero la carretera desde el cruce de Montijo a la Nacional V (por la Ex-328) está cortada porque el agua cubre una de las calzadas.

Por su parte, el coordinador del dispositivo de Cruz Roja, Jesús López Santano, detalla que la situación es "absolutamente tranquila y no se hay situaciones de emergencia" y recalca que la evacuación fue preventiva. A disposición de los vecinos se encuentran 110 voluntarios de Cruz Roja, 33 ambulancias, 5 todoterrenos, 14 vehículos de transporte adaptado y seis embarcaciones ligeras.