No es oro todo lo que reluce, aunque lo parezca cuando la falta de dinero líquido es evidente. En tiempos de crisis, cada vez son más los extremeños que acuden a las casas de empeño y a los establecimientos de Compro Oro para intentar salir de una situación apurada con sus joyas personales.

Negocios que afirman pagar más que nadie, pero que en realidad, abonan a los usuarios la mitad del valor real que tienen sus piezas de oro, según un estudio realizado por la Unión de Consumidores de Extremadura (UCE). El presidente de la agrupación, Javier Rubio, explicó a este diario que "por lo general, quien acude a estos negocios son personas desesperadas, que no tienen ningún ingreso pero sí unas deudas que que pagar si no quieren perder su casa o su coche".

Y desde el punto de vista económico, "la valoración de las joyas se hace solo por su peso y calidad del oro (kilates), sin importar el diseño, la exclusividad, y mucho menos, el valor sentimental, siendo el dinero que vamos a recibir infinitamente menor que el que pagamos por ella."

Rubio afirma que para realizar el estudio, desde UCE han visitado varios establecimientos, así como las páginas webs de las principales franquicias del sector. "El negocio para ellos es claro, porque, por ejemplo, el 25 de febrero pagaban por un gramo de oro entre 14 y 15 euros, cuando su precio en el mercado oficial era de 26", comenta. Lo habitual es que las joyas que han sido vendidas en una de estas casas no vuelva a recuperarse, y nadie podrá comprarlas, porque "normalmente se envían a una empresa especializada para que las funda y fabrique otras nuevas o lingotes de oro, lo que elimina completamente las posibilidades de hacer reclamaciones posteriores".

Y en internet, asegura Javier, "es todavía peor", porque es necesario que se envíen las joyas con anterioridad, y después puede ocurrir que el cliente obtenga un importe menor del acordado e incluso, que la empresa diga que no ha recibido la mercancía, ante una clara estafa.

Pero en todo caso estamos hablando de una actividad económica perfectamente legal, "independientemente de que nos parezca bien o mal que se aprovechen de la situación".

Desde UCE recomiendan no recurrir a esta solución a menos que sea estrictamente necesario, y en caso de hacerlo, la opción más recomendable es acudir a los montes de piedad. "Estos trabajan con préstamos que se conceden en base a una garantía real, que es la joya. Para recuperarla dentro del plazo establecido, hay que devolver lo que nos han prestado más los intereses; en el caso de que el propietario no responda, la pieza se subasta públicamente y, si lo que obtiene la entidad en la subasta es superior al importe de la deuda que tenemos, nos reintegrará el sobrante", concluye Javier.