Malpartida de Cáceres tiene puesta toda su atención en Lola y Pepa, dos cigüeñas que, desde el 3 de diciembre, llevan consigo unos emisores controlados por los expertos del proyecto SOS Storch Malpartida. De momento, ya han revelado interesantes datos tras la lectura que se realiza cada diez días. Por un lado, Lola , nombre que se le ha asignado a una de las cigüeñas, ha efectuado movimientos rutinarios. Ha dormido sobre las encinas de las fincas El Mortero y El Clavín y se ha alimentado en el Ecoparque de Cáceres. También se le ha detectado un desplazamiento hasta las charcas del Millar, "donde suelen concentrarse cigüeñas para alimentarse", explican los expertos. De la misma manera, en la última lectura que se ha realizado el 28 de diciembre, se ha detectado que por primera vez ha dormido en un nido de la Colonia de Los Arenales, esto ha sido la noche del 19 al 20 de diciembre, aunque "hemos de esperar que repita la estancia para confirmar que se trata de su nido habitual", añaden.

En cuanto a Pepa , otra de las protagonistas de este estudio, "sus registros son más variados", señala el grupo de expertos. Las primeras lecturas que se le realizaron con la base receptora no fue posible captar sus datos, lo que hizo temer que el aparato no funcionase o que la cigüeña hubiese salido definitivamente del radio de recepción. Sin embargo, en la lectura del 28 de diciembre, se le localizó comiendo en el Ecoparque de Cáceres. La decodificación de sus datos reveló un periplo. En primer lugar, se localizó su zona de nidificación en el centro de Malpartida, justo en el Mirador de la Plazuela del Carmen donde durmió la primera semana del mes de diciembre. Después, se dirigió hacia las Vegas del Guadiana, moviéndose durante quince por los alrededores de Mérida, Puebla de la Calzada, Lobón y Torremejía. Durante esos días se alimentó en el Ecoparque de Mérida y en las parcelas de regadío y para dormir, a la orilla del Guadiana o en pequeñas charcas. Ya el 24 de diciembre, Nochebuena, regresó de nuevo a Malpartida.

Hasta ahora, según los expertos, nunca se conocían datos exactos, por lo que solo podían hacerse conjeturas. Sin embargo, ahora los datos "son objetivos y suponen un hito en las investigaciones", aseguran. A lo largo de los meses podrá saberse el tiempo que pasa en el nido en la época de reproducción, las áreas de alimentación y hasta se podrá calcular la velocidad de sus desplazamientos. No obstante, según los expertos, lo más interesante llegará cuando inicien la emigración y se conozca su destino y comportamiento. El 20 de enero está prevista otra visita de la Asociación Storch Schweiz, que desarrolla el proyecto SOS junto con el ayuntamiento malpartideño, el Gobierno de Extremadura, SEO/Birdlife-Delegación Extremadura y la Universidad de Extremadura.