Cualquier viajero que se acerque a Zarza la Mayor se sorprenderá por la cantidad y variedad de los recursos turísticos presentes en esta villa cacereña, situada en la frontera de Extremadura con la Beira Interior, una ubicación fronteriza que se deja sentir en la historia, la gastronomía, la cultura y el patrimonio.

Desde el punto de vista medioambiental, el municipio de Zarza la Mayor se engloba en el Parque Natural y la Reserva de la Biosfera de Tajo Internacional.

Si nos centramos en el apartado patrimonial, el turista podrá admirar la fortaleza medieval de Peñafiel, enclavada sobre un cortado del Erjas frente a la villa portuguesa de Salvatierra do Estremo; o recorrer su centro histórico, plagado de monumentos como la Fuente de La Conceja (siglo XIV), el templo parroquial de San Andrés (siglos XVI-XVII), las ermitas de San Juan (siglo XVII), San Bartolomé (siglo XV) o del Castillo (siglo XV), la Casa del Comendador de la Zarza (siglos XVI al XIX) y el edificio que albergó la Fábrica de Sedas.

No podemos olvidar, así mismo, el amplio abanico cultural de la villa, con una gastronomía rica en matices y platos peculiares como la chanfaina o la cazuela de arroz y numerosas fiestas, entre las que destaca el Domingo de los Tiros que, en la edición de 2018, tendrá lugar el 1 de abril, Domingo de Resurrección.

La fiesta del Domingo de los Tiros se desarrolla en Zarza desde tiempos inmemoriales, encontrando las primeras referencias escritas ya a mediados del siglo XVIII, convirtiéndose, actualmente, en la mayor manifestación cultual y festiva de nuestra población cuando, miles de zarceños, conmemoran la alegría y el júbilo del Encuentro entre la Virgen del Castillo y su hijo, el Resucitado.

Desde primeras horas de la mañana del domingo, las calles y plazas de Zarza se llenan con el sonido de innumerables escopetas que celebran el júbilo de la Resurrección, un sonido que acompañará durante toda la jornada y que otorga una originalidad especial a nuestra fiesta.

A partir de las 10.30, se inicia el acto central y más emotivo del Domingo de los Tiros, el encuentro entre Jesús Resucitado y su madre, la Virgen del Castillo. El Resucitado sale del templo parroquial de San Andrés a hombros de cuatro jóvenes ataviados con el traje típico de Zarza, mientras decenas de escopeteros lanzan continuas salvas en honor de Cristo. En ese momento, inicia su procesión por la calle La Reverencia, acompañado de la cruz de guía, el sacerdote y centenares de personas vestidas con el traje típico extremeño.

Por su parte, la Virgen del Castillo sale de su ermita, también a hombros de cuatro jóvenes vestidos del traje típico y rodeada de las salvas, y se encamina cuesta abajo con otra multitud hacia la Plazuela. Centenares de personas se agolpan en la Plazuela, ocupando también balcones y ventanas de las casas aledañas. Sólo queda libre un pasillo de aproximadamente 5 metros de anchura y 75 de longitud en el centro del cual, a las 11 en punto de la mañana, el párroco de Zarza la Mayor se sitúa, levanta sus brazos extendidos a la altura casi de la cabeza y tras, unos segundos de tensa espera y silencio expectante, los baja. Es la señal para que los mozos portadores de ambas imágenes comiencen una carrera frenética que les llevará a encontrarse en el centro del pasillo; allí, los mozos de los dos pasos hincan la rodilla un momento: los de la Castillera en señal de respeto y admiración hacia el Resucitado; los de éste, como símbolo de reconocimiento hacia la Reina de los Cielos. A continuación, y con la misma velocidad, las imágenes se separan unos metros y vuelven a juntarse y a realizar la reverencia en tres ocasiones; todo ello, con la compañía de centenares de descargas de escopeteros que, situados entre la multitud, ofrecen sus salvas para remarcar la importancia del acto que se está desarrollando.

Una vez terminado el acto, se da inicio a la procesión de las imágenes por las principales calles del pueblo, acompañadas de la música y las escopetas. Una procesión en la que se ‘baila’ a la Castillera y a su hijo ‘El Resucitao’ para mostrar el júbilo y la alegría de todo un pueblo.

La procesión finaliza en el templo de San Andrés, donde se oficia la eucaristía para, a continuación, ubicar la imagen de la Virgen del Castillo en el andén principal de la iglesia y asistir al recital de bailes folclóricos a cargo del grupo local Nuestra Señora de Sequeros.

La imagen de la Castillera regresa a su ermita acompañada de nuevo por la música y los tiros de las escopetas. A partir de entonces, los asistentes a la fiesta del ‘Domingo de Tiros’ se entregan al aspecto lúdico del evento. Las calles y establecimientos hosteleros aparecen durante toda la jornada repletos de gente, celebrando con júbilo el Domingo de Resurrección. Y para ello, nada mejor que degustar los productos típicos de Zarza la Mayor, tanto en bares y restaurantes, como en los hogares zarceños: la chanfaina, la caldereta de cordero, la prueba de cerdo, los pinchos morunos, quesos de cabra y de postre, la exquisita cazuela de arroz, una receta original zarceña.