Se conocen desde que sufrían en la F-3000 y, a pesar de la inhumanidad de la F-1, mantienen una relación de amistad en el paddock desde hace diez años. Por eso no fue extraño que Mark Webber recogiera a Fernando Alonso como un autoestopista cuando el asturiano tuvo que poner pie en tierra de su Ferrari tras cruzar la meta. Solo tenía un litro de gasolina en su depósito, la cantidad mínima exigida por la FIA para el análisis. "Me recogió, sí, me hizo gracia pero cuando empezó a meter segunda, después tercera, cuarta... tuve que darle un golpe en el casco para que no me hiciera sufrir", dijo el asturiano feliz porque "de nuevo luchamos por la victoria", satisfecho porque su amigo australiano demostró que, a igualdad de coche con Sebastian Vettel, es tan rápido o más que el campeón.

"Es muy fácil ganar y no cometer errores cuando sales en la pole y tienes un coche un segundo más rápido que el resto", mantiene Alonso en relación al dominio de Vettel en el arranque del Mundial. "Cuando hay un poco más de competencia, tienes que buscar la perfección en la salida, en cada vuelta, en la estrategia, y no todo sale perfecto", añade el español. "Veía por las pantallas como Sebastian se peleaba con Massa. Es lo que hay cuando no tienes tanta ventaja mecánica". Por eso ahora Vettel exige a su equipo "una reacción, pues verme fuera del podio me hace valorar más lo hecho".

Euforia en McLaren

Ese esfuerzo de equipo permitió a Lewis Hamilton disfrutar de un McLaren muy mejorado desde la carrera de Silverstone. "Conducir vuelta tras vuelta a la décima con Fernando fue realmente especial. Sentí que con mi agresividad hice las maniobras más precisas que recuerdo". Hamilton rezumaba satisfacción mientras se abrazaba a Martin Whitmarsh, el máximo responsable de McLaren y sustituto de Ron Dennis, quien ha tenido que leer una y otra vez este año que su chico quería irse a un equipo más competitivo.

"Si le preguntan continuamente por su frustración, no siempre puede responder lo más adecuado. Es joven, no tiene la experiencia de Button. Yo me fío de lo que me dice a la cara. Le conozco desde los 11 años y es muy pasional", dice Witmarsh, que solo le pone un pero: "Tiene que darse cuenta de que no siempre se puede ganar, que McLaren, por ser McLaren, no puede ganar el Mundial cada año". H