Ami mujer le gusta decir que vendemos sobre todo por lo que no tenemos: pesticidas, insecticidas, antibióticos...". Juan Montero y su esposa Carolina Blas pusieron en marcha hace apenas un año Ecológicos La Vera (Ecovera), una granja de huevos de gallina ecológicos situada en la localidad cacereña de Pasarón de la Vera. El, gallego, y ella, madrileña pero con raíces familiares en Zarza de Montánchez, decidieron dejar Madrid e iniciar esta aventura empresarial porque, en palabras de Juan, son "una pareja emprendedora", y porque, además, el tema de la alimentación ecológica no les resultaba ajeno: "Ya éramos consumidores de este tipo de productos", explica.

Actualmente cuentan con unas 3.400 gallinas que ponen entre 70 y 80 mil docenas de huevos anuales. La mayor parte de esta producción, en torno a un 90%, se comercializa en hipermercados de la firma Carrefour. El 10% restante se vende con marca propia en tiendas especializadas, herbolarios o panaderías, entre otros establecimientos. Son dos los perfiles de clientes que identifica Montero: por un lado, el de aquellos que "buscan alimentos saludables o que no deterioren el medioambiente" y, por otro, el de "los sibaritas que quieren alimentos de primera calidad aunque cuesten más dinero".

El proceso de producción que se sigue en Ecovera intenta ser respetuoso al máximo con la avicultura tradicional. Así, la granja carece de jaulas, de manera que las aves pueden circular libremente por sus instalaciones, que mantienen, además, una densidad de animales muy inferior a la de una industria intensiva convencional: "Nunca hay más de seis gallinas por metro cuadrado", afirma Juan. Incluso, los animales pueden salir a diario a una pradera exterior, donde cada uno de ellos cuenta con un mínimo de cuatro metros cuadrados de superficie. "Viven mejor que muchas personas en las grandes ciudades", bromea Juan Montero.

Otra práctica que diferencia a Ecovera de la mayoría de las industrias de este sector es que no se fuerza la puesta de las gallinas alargando artificialmente las horas de luz casi sin interrupción. "Las gallinas descansan a diario como mínimo ocho horas", asegura este empresario.

La alimentación de las aves --pienso a base de varios cereales-- es también cien por cien ecológica, lo que garantiza que no tienen componentes transgénicos y que en su producción no se han empleado ni herbicidas ni pesticidas. Es esta alimentación natural la que hace que el color de las yemas de los huevos varíe según la época del año, ya que en la producción convencional "el color se consigue a través de aditivos en los piensos".

La alimentación es, precisamente, el factor que más encarece el precio del producto final, ya que un pienso ecológico, indica Montero, vale el triple que uno ordinario. Justo la misma diferencia que puede existir entre una docena de huevos convencional y una de Ecovera, que cuesta alrededor de cuatro euros. ¿Caro? "A nadie le sorprende pagar ese dinero por una Coca-Cola", replica Montero.