En los retratos de celebridades para las revistas se cuida hasta el más mínimo detalle, producción, posado y retocado. Con cada click de la cámara, cada procesado y cada impresión las estrellas del celuloide ascienden un poco más en ese universo que parece alejarles del mundo de los ciudadanos corrientes. Pero conviene recordar que son seres de carne y hueso, y eso es lo que ha logrado con una cámara Polaroid la fotógrafa estadounidense Henny Garfunkel, cuyo entretenido trabajo se expone a partir del lunes en Nueva York como parte de la 45 edición del festival de cine que organiza la Sociedad de Cine del Lincoln Center.

Garfunkel, autodidacta y fotógrafa habitual de publicaciones como Entertainment Weekly, Premiere, Vogue y Harper´s Bazaar, está habituada desde hace tres décadas a retratar estrellas. En el 2000, mientras cubría los festivales de Sundance y Toronto, pensó en "hacer algo diferente, un proyecto artístico, por pura diversión". Tras cada sesión para las revistas empezó a proponer a sus retratados una foto polaroid.

SIN REGLAS No había normas, reglas, ni producción. Las estrellas podían ser quienes quisieran y como quisieran: bellos, afeados con muecas, sorprendidos, irónicos, divertidos... Podían luego firmar o dibujar sobre sus fotos. Y el archivo empezó a crecer. Garfunkel ha escogido "110 o 120" entre cientos de retratos para la exposición, en la Gallery Frieda y Roy Furman. Y con sus polaroids cubrirá un enorme rango de emociones y generaciones.

Ahí estarán las muecas de Sienna Miller, Lucy Liu, Ed Harris, Frances McDormand y Penélope Cruz (retratada con un dedo sobre la nariz el año pasado en Toronto). Estará también el retrato de Tim Robbins garabateado por él mismo; la elegancia y la presencia de iconos como Jeanne Moreau, Vanessa Redgrave, Julie Christie y Gene Hackman; la belleza de Heather Graham y Joaquín Phoenix y el aparente despiste de Pedro Almodóvar, "un grande" al que conoce hace años.

"A veces algunos --y no diré nombres-- me han pedido ver las fotos y repetirlas; mucha de esta gente es muy consciente de sí misma", cuenta Garfunkel desde Toronto, donde está cubriendo el festival de cine. Garfunkel ha hecho un trabajo para ayudar a "disipar toda la noción de celebridad". La exposición, abierta hasta el 31 de septiembre, quizá viaje en enero a Sundance. Y Garfunkel --que hace poco ha retratado a Belén Rueda y al equipo de El orfanato para la revista Filmmaker -- tiene otra idea: "Me encantaría --dice-- que estas fotos se vieran en España".