Los analistas y los inversores de Wall Street tuvieron una alegría: recibieron encantados, de boca de Barack Obama, la noticia de que Ben Bernanke seguirá siendo durante los próximos cuatro años el máximo responsable de la Reserva Federal. El presidente de Estados Unidos se vio obligado a interrumpir por unas horas su merecido descanso en la exclusiva isla de Martha´s Vineyard (Massachusetts). Pero que nadie se lleve a engaño; pese a sus comparecencias ante los medios y los informes que está leyendo de sus asesores, el líder estadounidense está oficialmente de vacaciones esta semana.

Desde hace unas semanas, los portavoces de la Casa Blanca vienen insistiendo a los periodistas en que el presidente no va a participar en actos públicos y quiere aprovechar estos días de descanso para estar junto a sus familiares y amigos más cercanos, dedicar el tiempo a practicar algunos de sus deportes favoritos (como el golf) e incluso, por qué no, a perderse en alguna de las bonitas playas de la zona, como Gay Head o Menemsha. Y eso es precisamente lo que está haciendo.

La familia Obama llegó a la isla el domingo por la tarde en el helicóptero presidencial e inmediatamente se trasladaron a la mansión Blue Heron Farm, en la parte oriental de la isla, rodeados de un ejército invisible de guardias de seguridad. Desde entonces, las cámaras no han logrado captar ninguna imagen de Michelle Obama ni de sus hijas, Sasha y Malia, pero no puede decirse lo mismo del presidente, al que ya se ha podido ver jugando al golf en uno de los mejores campos de la zona.

GRAN LECTOR Y entre hoyo y hoyo en el club de golf de Mink Meadow frente al Atlántico y alguna que otra partida de tenis con Michelle, parece que el presidente también encuentra tiempo para la lectura. Un portavoz de la Casa Blanca ha revelado que Barack Obama se ha llevado un ejemplar de la novela The way home , del escritor George Pelecanos; el último libro de Kent Haruf, titulado Plainsong , y el superventas Lush life publicado el año pasado por el escritor Richard Price.

No contento con estas tres novelas, el presidente también quiere devorar Hot, flat and crowded , el ensayo de Tom Friedman sobre la lucha contra el cambio climático, y la nueva biografía escrita por David McCullough sobre uno de sus antecesores en la Casa Blanca, el expresidente John Adams, considerado como uno de los fundadores de la patria y que sucedió a George Washington a principios del siglo XIX.

Seguro que los autores están encantados de la vida con la promoción gratis que se está haciendo gracias al mandatario, pero la pregunta del millón es si el presidente podrá leer los cinco libros en siete días.

El objetivo de los Obama durante estos días es desconectar de Washington y hacer lo que todo el mundo quiere hacer durante las vacaciones: relajarse y disfrutar del tiempo libre. Eso sí, el presidente no podrá salvarse y tendrá que seguir recibiendo a diario los informes de seguridad y otros asuntos polémicos como el debate sobre la reforma sanitaria.