Absuelto en nombre de la libertad de expresión. Esta es la conclusión del tribunal de París que juzgó el 7 y 8 de febrero al director del semanario satírico Charlie Hebdo, Philippe Val, acusado de "injurias públicas hacia un grupo de personas en razón de su pertenencia a una religión" por tres dibujos de Mahoma.

De acuerdo con los argumentos de la fiscalía, que había pedido la absolución, el tribunal correccional de París, que hizo pública ayer la sentencia, estima que la publicación de las tres caricaturas incriminadas no es un ataque al islam, sino a los integristas musulmanes. Dos de las caricaturas las había publicado ya el periódico danés Jyllands-Posten y la tercera era la portada de Charlie Hebdo en el número de febrero del 2005 dedicado a las repercusiones en el mundo musulmán de la aparición de los dibujos en Dinamarca.

Sobre esa portada, un dibujo de Cabú en el que Mahoma se lleva las manos a la cabeza y dice: "Es duro ser querido por imbéciles", bajo el titular "Mahoma, desbordado por los integristas", el tribunal afirma que se refiere claramente a los integristas y no a los musulmanes en su conjunto. Lo mismo ocurre con otro de los dibujos, en el que Mahoma recibe a los kamikazes en el paraíso y les advierte: "Parad, no tenemos más vírgenes".

La tercera caricatura del profeta, la más controvertida porque en ella se representaba a Mahoma con un turbante en forma de bomba a punto de explotar, es la que ocupa la mayor parte de los razonamientos del tribunal, que la acepta por el contexto en que se publica. Los jueces afirman que "si, por su estilo, este dibujo, en sí y tomado aisladamente, puede ultrajar al conjunto de los adeptos de esta fe (la musulmana) y a herirles en su consideración en razón de su obediencia, al asimilarles --sin distinción ni matiz-- a fieles de una enseñanza del terror, no puede ser considerado, bajo la ley penal, independientemente del contexto de su publicación".