Un pasajero calzado con unas plantillas especiales antiestáticas causó ayer la alarma en el aeropuerto romano de Fiumicino, donde fue desalojada la terminal de salidas internacionales por temor a un atentado. La alerta se produjo cuando los servicios de seguridad de la compañía israelí El Al controlaban el embarque de un vuelo hacia Tel-Aviv, incluida la revisión del calzado por si esconde explosivos. Las plantillas con hilos de cobre, que absorben la electricidad, despertaron las sospechas.

Ayer mismo, salió libre bajo fianza el copiloto de Air France que fue detenido por bromear con llevar una bomba en sus zapatos.