Los servicios irlandeses de ayuda a las víctimas redoblan hoy sus recursos para afrontar la avalancha de llamadas que pueda causar la publicación de un nuevo informe sobre abusos sexuales contra menores a manos de sacerdotes católicos.

Cuando todavía están frescas en la memoria las revelaciones del pasado mayo, que destaparon un cuadro de abusos físicos y psíquicos contra miles de niños en centros educativos públicos gestionados por la Iglesia, Irlanda conoce hoy el resultado de una investigación sobre la archidiócesis de Dublín.

El documento, de 700 páginas, ha sido elaborado por una comisión investigadora presidida por la juez Yvonne Murphy y, aunque verá la luz con una serie de cortes para no prejuzgar presentes o futuros casos penales, el actual arzobispo de la archidiócesis, Diarmuid Martin, ha advertido de que su contenido "conmocionará a todos".

CASOS ATRASADOS

Ante la posibilidad de que los servicios de ayuda vuelvan a colapsarse, como ya ocurrió el pasado mayo, las víctimas disponen ahora de hasta siete números de teléfonos de organizaciones especializadas en estos casos.

La directora de la organización One in Four (Uno de cada Cuatro), Maeve Lewis, ha manifestado hoy su preocupación ante la posibilidad de que su plantilla de terapeutas no pueda hacer frente a la gran cantidad de llamadas que esperan. Según Lewis, todavía están tratando casos atrasados desde la publicación hace siete meses del llamado Informe Ryan.

450 ACUSACIONES

Un total de 450 personas han presentado acusaciones de abusos sexuales contra antiguos sacerdotes de la archidiócesis por hechos sucedidos entre 1975 y el 2004.

Además de exponer los abusos cometidos por curas pedófilos, se cree que el informe afectará negativamente a la reputación de varios e arzobispos de Dublín a quienes se ha acusado de encubrimiento. También se considera que será crítico hacia la Policía irlandesa (la Garda) y otras autoridades del Estado por la forma en que han tratado las acusaciones.