Todas las embajadas acreditadas en Roma fueron el jueves inspeccionadas, al igual que las representaciones italianas en el exterior, después de que por la mañana explotaran dos sobres bomba enviados a las sedes diplomáticas de Suiza y Chile en la capital. Dos empleados resultaron heridos (uno en cada legación), uno de ellos con daños casi irreversibles en una mano. Simultáneamente, la policía recibió otras dos alarmas por bombas supuestamente colocadas en dos oficinas del Ayuntamiento de Roma y una tercera, que resultó falsa, en la embajada de Ucrania. La fiscalía de Roma ha abierto un sumario por "atentado con finalidad de terrorismo".

Los investigadores dan prioridad a una pista sobre grupos anarquistas, indicó Roberto Maroni, ministro de Interior, ya que en el pasado reciente se produjeron casos parecidos. El jueves por la noche, los atentados fueron reivindicados por el gru-púsculo Federación Anarquista Informal (FAI), según la agencia Ansa, en un mensaje hallado en una caja junto a uno de los heridos. El texto decía: "Hemos decidido hacernos oír, con palabras y hechos. Destruyamos este sistema de dominación".

La agencia AGI difundió que los sobres fueron enviados desde Grecia, de donde salieron también otra docena con explosivos que en noviembre fueron mandados a la cancillera alemana, Angela Merkel; al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi; al presidente francés, Nicolas Zarkozy; y a varias instituciones y embajadas europeas.

ACRATAS LOCALES "Seguimos la pista anarcoinsurreccional", explicó Maroni, usando una expresión acuñada en Italia para referirse a grupos ácratas locales que, según las investigaciones, colaboran con grupos anarquistas griegos. En un programa televisivo emitido el jueves noche, Maroni añadió que "Grecia, España e Italia cuentan con grupos anarcoinsurreccionales estrechamente vinculados entre sí" y "muy violentos". El ministro dijo que "las autoridades griegas y españolas colaboran desde hace tiempo" con Italia. Francesco Tagliente, jefe de la policía de Roma, puntualizó que todas las legaciones habían sido advertidas.

"Se trata de una amenaza grave contra las representaciones diplomáticas", declaró por su parte Franco Frattini, titular de Exteriores, que quiso expresar su "solidaridad a los embajadores y al personal de las representaciones diplomáticas". "Es una ola de terrorismo contra las embajadas, algo que ciertamente resulta más inquietante que un solo atentado", añadió Gianni Alemanno, alcalde de Roma.

El pasado octubre se descubrió otro paquete bomba en las paredes de la embajada de Suiza, con un mensaje que rezaba "Costa, Silvia y Billy, libres", nombres de tres anarquistas detenidos en abril en Zúrich, acusados de proyectar un atentado contra la multinacional IBM. En noviembre, otros sobres bomba similares a estos llegaron al Parlamento y a varias embajadas de la capital griega.

Entre los arrestados en Suiza figura Marco Camenisch, un militante antinuclear detenido en los años 90 en Italia y extraditado a Suiza en el 2002. Unos años atrás, grupos similares hicieron explotar artefactos en sedes de instituciones españolas en Roma, coincidiendo con la detención de varios correligionarios en España.

Por otra parte, la estación de tren del aeropuerto noruego de Oslo fue cerrada el jueves tras hallarse una nota con una amenaza de bomba en un convoy estacionado en un andén.