El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, está contra las cuerdas y el último asalto se verá mañana jueves en el Senado, donde se someterá a una moción de confianza y quedará demostrado si los hilos tejidos estos días por Il Cavaliere son fuertes o si los acuerdos que dice tener con sus aliados se han quedado sólo en palabras.

A algunos de sus socios --que daban por hecha su dimisión y la formación de un nuevo Gobierno-- no les gustó nada que Berlusconi se saltase a la torera lo acordado en algunas reuniones y saliese de la reunión con el presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, con una sonrisa y la dimisión en el bolsillo, esperando que un voto de confianza le salvase o, al menos, le hiciese morir con las botas puestas.

POSIBLE SALIDA DEL GABINETE Los primeros en protestar han sido los aliados de la Alianza Nacional, que ya han amenazado con abandonar el Gobierno. El partido que dirige el vicepresidente del Ejecutivo, Gianfranco Fini, celebró ayer una reunión urgente en la que dejó claro, a través de un comunicado, que no comparte la decisión de Berlusconi. "Ponemos de manifiesto nuestro malestar por la falta de dimisión de Berlusconi, que no facilita el relanzamiento del Gobierno", afirmó Fini. Berlusconi tiene previsto comparecer hoy primero ante el Senado y después ante la Cámara de Diputados para explicar la crisis.

Fini confirmó que apoyaría a Berlusconi durante el voto de confianza pero se guardó en la manga el as de su dimisión y la de los ministros de su partido, a la espera de las palabras del primer ministro en el Parlamento. Tanto Fini como el líder democristiano Marco Follini (que se retiró del Gobierno la semana pasada) esperan un nuevo documento programático que trate de resolver algunos de los problemas del país, como la competitividad de las empresas y el desarrollo del sur, que fueron la causa de la derrota de la mayoría gubernamental en las elecciones regionales.

En Forza Italia, lo tienen claro. Si el jueves no prospera la moción de confianza, no habrá más alternativa que la celebración de elecciones anticipadas. Aunque se baraja también la continuidad de Berlusconi con el apoyo externo de la Alianza Nacional y los democristianos de la UDC.

INCERTIDUMBRE Aún en el caso de que Berlusconi lograra superar esta crisis, se abriría un horizonte de incertidumbre, con un Gobierno con tres puestos vacantes y uno de sus exaliados, la UDC, fuera del Ejecutivo.