Las prisiones estadounidenses en Irak se han quedado pequeñas. Albergan a más de 10.000 detenidos, sospechosos de pertenecer a los grupos armados que operan en el país. Por eso, Washington ha decidido crear 6.000 nuevas plazas carcelarias en Irak. El plan tiene un presupuesto de 50 millones de dólares (más de 42 millones de euros).

El proyecto prevé la construcción de una prisión en una antigua base militar de Suleimaniya, a 330 kilómetros al norte de Bagdad. Además, se ampliará en 2.000 plazas la cárcel de alta seguridad de Camp Cropper, donde permanecen detenidos Sadam Husein y otros dirigentes de la dictadura.

También serán reformadas la prisión de Camp Bucca, al sur de la capital --tendrá 1.400 nuevas celdas-- y la polémica de Abú Graib, tristemente célebre por las torturas a prisioneros iraquís. Según un portavoz estadounidense, el proyecto responde al éxito obtenido en las últimas operaciones militares en las que han sido detenidos centenares de presuntos rebeldes.

Entretanto, ayer fue divulgada la grabación del interrogatorio a que fue sometido la semana pasada el exviceprimer ministro de Irak, Tarek Aziz, por el Tribunal Especial Iraquí. Aziz aseguró que Sadam es el único responsable de la represión contra los shiís en 1991. K. M.