Las autoridades israelís hicieron gala ayer de una cierta prudencia y decidieron anular la ceremonia de inauguración del primer tramo del muro de la vergüenza , la valla que dividirá en dos Cisjordania y que perpetuará la división del Estado palestino. La versión oficial, divulgada por un portavoz del Ministerio de Defensa, es que los responsables del muro "han decidido expresar de manera distinta su agradecimiento a los trabajadores que hicieron posible este proyecto".

Extraoficialmente, la decisión obedece a que el Gobierno israelí juzgó que no era "razonable" celebrar la terminación del primer tramo justo cuando el primer ministro, Ariel Sharon, estará en Estados Unidos hablando de la Hoja de ruta . Estaba previsto que la ceremonia se llevara a cabo este jueves, coincidiendo con la estancia de Sharon en EEUU.

El primer tramo, que se iba a inaugurar con gran despliegue de pompa, mide 149 kilómetros y comprende dos secciones: la primera, de 128 kilómetros, entre Salem y Elkana, y la otra, de 21, al norte y sur de Jerusalén. El Ejército israelí disparó ayer balas de caucho contra manifestantes que protestaban por la valla e hirió a cinco de ellos.

En Gaza, entretanto, el ministro de Asuntos de Prisioneros de la Autoridad Nacional Palestina, Hisham Abdel Rasek, anunció la suspensión de las negociaciones con Israel sobre el tema de los palestinos detenidos hasta que Sharon no adopte el compromiso de liberarlos a todos.