La resistencia iraquí recrudeció ayer sus ataques en distintos puntos del país. El más sangriento tuvo lugar en Bagdad, donde al menos cuatro personas murieron en un atentado suicida con coche bomba perpetrado contra un hotel en la capital iraquí.

El coche bomba iba camuflado como una ambulancia y llevaba entre 200 y 250 kilos de explosivos. Algunas fuentes elevaron a seis el número de víctimas mortales.

CONTRA BASE ESPAÑA Paralelamente, la base de la brigada española Plus Ultra en Diwaniya sufrió ayer un nuevo ataque con granadas cuando unos desconocidos lanzaron tres proyectiles de 60 milímetros que impactaron en la tapia del cuartel sin causar víctimas. El general Fulgencio Coll reforzó la guardia y elevó el nivel de la alerta.

También la base militar de Bulgaria en Kerbala, una de las ciudades santas shiís, fue objeto de un ataque con granadas de mortero. Aunque la acción no causó víctimas mortales, el atentado pone de nuevo sobre el tapete que las zonas de mayoría shií no son inmunes a la lógica del conflicto en Irak.