De nuevo un autobús. De nuevo en Jerusalén. De nuevo una sangría. Doce personas --11 israelís y un activista palestino-- murieron y decenas resultaron heridas cuando el suicida palestino se inmoló en un autobús en el barrio de Kryat Menachem, en Jerusalén Occidental. Entre las víctimas mortales hay un niño de 8 años, su abuela, y otros dos chicos de 13, ya que en el autobús viajaban muchos niños y adolescentes que iban a clase. Por ese motivo, casi todos los heridos también son jóvenes.

El activista de Hamas --un palestino de 23 años identificado como Naal Azmi Abu Hilayal, procedente de Belén y que no estaba en las listas de activistas buscados de los servicios de información israelís-- se inmoló sobre las siete de la mañana. Se sentó en la parte delantera del autobús, que en ese momento --la hora punta de la mañana-- iba lleno de trabajadores y escolares.

ESCENARIO DANTESCO

Inmediatamente después de la explosión, los testigos presenciales describieron un escenario dantesco, con bolsas de colegiales esparcidas por la calzada, bocadillos y la profusión de sangre y restos humanos que estos atentados dejan tras de sí. "De repente todo se volvió oscuro y lleno de humo. Había gente en el suelo y todo estaba lleno de sangre, humo, cristales rotos y partes de cuerpos", explicó Maor Kimche, un joven de 15 años que viajaba en el autobús y que fue rescatado a través de una ventanilla.

"Ha sido un atentado horrible, el interior del autobús era espantoso", declaró en el lugar de la explosión el alcalde de Jerusalén, el derechista Ehud Olmert. La ciudad no sufría un ataque suicida en un autocar desde junio.

Así pues, los niños volvieron a ser ayer los protagonistas de la tragedia. Esta vez fueron niños israelís, aunque los menores palestinos fallecidos siguen siendo más en las estadísticas. Tal vez por eso, en su comunicado de reivindicación, Hamas afirmó que se trataba de la quinta acción en venganza por la muerte, el pasado mes de julio, del jefe de su brazo armado, Salá Shehadeh. En aquella ocasión, murieron 15 personas, entre ellas 11 niños.

El atentado también es la respuesta clara de Hamas a los rumores que afirmaban que había alcanzado un acuerdo con Al Fatah para detener durante tres meses los atentados contra civiles.

El atentado mereció la repulsa de toda la comunidad internacional. También la Autoridad Nacional Palestina condenó el ataque y lamentó la muerte de civiles. Ariel Sharon ordenó al Ejército que lleve a cabo una "profunda y extensa" operación como respuesta al atentado de ayer. El hecho de que el suicida procediera de Belén --ciudad de donde las tropas israelís se replegaron en agosto-- hace que todo el mundo dé por hecha su reocupación.