Oriente Próximo parece volver a ese ciclo eterno de ojo por ojo, acción y represalia, opresión y terrorismo. Cinco días después de que las tropas israelís se retiraran de Gaza dejando una estela de 120 personas muertas, más de la mitad civiles, los palestinos respondieron ayer con un atentado en una escuela talmúdica a la entrada de Jerusalén. Según las primeras informaciones, al menos un terrorista suicida se infiltró en una yeshiva mientras se celebraba una ceremonia religiosa. Ocho israelís murieron y nueve resultaron heridos, tres de ellos de gravedad. Sin llegar a reivindicarlo, un portavoz de Hamás celebró el ataque como "un acto heroico" y afirmó que no será el último.

Los hechos acontecieron poco antes de las nueve de la noche en una de las mayores yeshiva , Mercaz Harav, a la que asisten mayoritariamente estudiantes religiosos ligados al movimiento colono. El terrorista accedió desde la biblioteca al comedor, donde se congregaban unas 80 personas. "Se puso a disparar con un rifle automático. Al acercarse a la entrada le disparé dos veces en la cabeza", dijo a la prensa local el estudiante Isaac Dadon, que al percatarse de lo que ocurría se apostó con un rifle en el tejado de un edificio cercano.

La policía israelí declaró que el palestino muerto llevaba un cinturón con explosivos que, posiblemente, no llegó a detonar. Tras el incidente, las fuerzas de seguridad irrumpieron en el edificio en busca de un posible segundo terrorista. El de ayer es el tercer atentado del último año y llega solo un mes después de que dos milicianos de Hamás mataran a una mujer en Dimona. Coincide también con la muerte de un soldado israelí mientras patrullaba en Gaza.

El presidente palestino, Mahmud Abbás, se apresuró a condenar el atentado de Jerusalén, que al cierre de esta edición no había reivindicado ninguna organización. "El presidente reitera su condena de todo ataque dirigido a civiles, sean palestinos o israelís", afirmó uno de sus asesores. Israel recurrió a la prudencia, un día después de que Abbás reculara en su decisión de suspender la negociación como protesta a la ofensiva de Gaza, tras reunirse con la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice.

CRISIS EN GAZA Mientras, ocho de las principales oenegés del planeta han llegado a la conclusión de que la situación del millón y medio de palestinos que viven en Gaza es hoy peor que en cualquiera de los periodos transcurridos desde la ocupación israelí en 1967. El informe responsabiliza del drama al bloqueo israelí, impuesto como represalia a la toma de poder de Hamás y al lanzamiento de cohetes sobre su territorio.