La viveza con la que Esperanza Aguirre llegó a Madrid tras haber vivido el asalto terrorista al Hotel Oberoi de Bombay se ha convertido en un asunto discutible. El eurodiputado de CiU Ignasi Guardans abrió la espita y el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, la aprovechó para criticar al PP en su alocución sabática ayer por la mañana, poco antes de que aterrizaran en Torrejón los últimos 17 españoles evacuados. "La máxima del PP es la del ´sálvese quien pueda´ como demostró Aguirre, que se marchó corriendo de la India sin importarle la gente que quedaba allí en situación de dificultad", dijo Blanco, que utilizó ese hecho para asegurar que el PSOE sabe estar al lado de los más necesitados "en los momentos de dificultad". Las reprobaciones a la presidenta de Madrid han obligado a algunas de las personas de la comitiva que salió de la India uno o dos días más tarde que ella a defender su actitud. Una de ellas, Isabel Gallego, su directora de Comunicación, dijo que en ningún momento se sintieron "abandonados" y que fueron ellos quienes animaron a Aguirre a irse, ya que el grueso del grupo estaba atrapado por un cordón policial en el malecón y no podía alcanzar el vehículo en el que ella se encontraba. "Me parece despreciable ... que alguien quiera sacar rendimiento político de una tragedia como ésta", dijo Gallego.

AVION PRIVADO Frente a la prontitud lograda por Aguirre, ayer llegaron a Madrid, en un avión privado, los dos hombres de negocios rescatados en el Oberoi, y los 17 españoles que no cupieron en el primer aparato enviado por el Ejecutivo español. Este grupo de afectados viajaron en un avión de la presidencia francesa de la UE y, tras hacer escala en París, fueron trasladados en un aparato de la fuerza aérea española a la base militar de Torrejón, adonde llegaron sanos y salvos a las 15.20 horas. Todos tenían palabras de agradecimiento a la "diligencia" del trabajo consular, y pocos, como el vallisoletano Ignacio Herraiz, lamentaron que el primer aparato no tuviera más capacidad.