Al ponerle un ultimátum para que destruya sus misiles Al Samud 2, Hans Blix ha puesto a Sadam Husein ante un buen dilema. Si no los destruye, junto a los accesorios y el combustible, EEUU tendrá el motivo --si es que le hacía falta-- para desencadenar el ataque contra Irak. Si los destruye, Sadam se quedará sin una potente arma con la que defenderse precisamente de la maquinaria bélica estadounidense.Después de la guerra del Golfo, la ONU estableció qué tipo de armas podía poseer Irak y qué otras no podía tener bajo ningún concepto. Sobre el papel, los Al Samud 2, unos misiles tierra-tierra, tienen un alcance de 150 kilómetros. En la práctica, llegan algo más lejos, superan los 180, lo que constituye una neta violación de los dictados de la ONU. Sabíamos que

Sadam es un tramposo pero sorprende que lo sea por 30 kilómetros. También se dirá que si hace trampa por tan poco, cómo no va a hacerla con las prohibidísimas armas de destrucción masiva.