Los tres barcos de guerra españoles que apoyarán el ataque contra Irak zarparán mañana de Rota, una vez se haya cumplido el ultimátum, y llegarán a aguas del golfo Pérsico dentro de dos semanas. La Armada aporta 600 militares y el Ejército de Tierra, otros 280, según anunció ayer José Maria Aznar.El buque Galicia, especializado en misiones humanitarias, el petrolero Marqués de la Ensenada y la fragata Reina Sofía partirán mañana hacia el Golfo, a donde tardarán unos 15 días en llegar, según informa la Cadena SER. El buque Galicia tiene una dotación de 200 marineros y estará protegido por una unidad de 120 infantes de Marina. Cuenta con dos quirófanos, 16 camas para heridos graves y 150 más para hospitalizaciones. Habitualmente embarca tres helicópteros, 30 vehículos y lanchas para transporte de material.También habrá unidades de tierra especializadas en defensa nuclear, bacteriológica y química, equipos de reconocimiento químico y radiológico, una estación de descontaminación, y "un escalón médico avanzado".A esto se suma la fragata Reina Sofía preparada para tareas de escolta, seguridad y apoyo. Esta nave, con 200 tripulantes, dispone de misiles Harpoon antibuque, misiles Standard antiaéreos y torpedos antisubmarinos.Apoyo sanitarioLa misión del contingente español será prestar apoyo sanitario a las tropas anglo-norteamericanas y, en su caso, a la población civil iraquí, una vez que el Escalón Médico Avanzado del Ejército de Tierra desembarque y se instale sobre el terreno. La operación, que será aprobada el viernes formalmente por el Consejo de Ministros, tendrá una duración inicial de tres meses que podrán ser prorrogados. Hoy mismo, los militares que viajarán al Golfo comenzarán a ser vacunados.Además de las vacunas habituales, Defensa se propone inmunizar a los soldados españoles contra la viruela, una enfermedad erradicada en 1980 de la que se sospecha que Irak podría guardar algunas cepas. El problema de esta vacunación es que tiene graves efectos secundarios. Los militares españoles también serán inmunizados contra el carbunco, una de las amenazas biológicas que podría utilizar Irak. En este caso, el problema es que la vacuna no surte efecto hasta cuatro semanas después de administrarse, por lo que los militares españoles llegarían a la zona antes de estar inmunizados.