Nada puede detener la campaña de EEUU contra Sadam Husein. Un día después de que Hans Blix asegurara que los inspectores de la ONU no han hallado pruebas para acusar al régimen de Bagdad de violar la resolución sobre su desarme, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, aseguró ayer que Washington sabe "a ciencia cierta que hay armas" de destrucción masiva en Irak. La acusación desmarca a la Administración de George Bush del resto de la comunidad internacional, que el jueves reaccionó a las palabras del inspector jefe de la ONU pidiendo calma y más tiempo.

"El problema con las armas escondidas es que no puedes ver su humo", dijo Fleischer, al referirse a la expresión inglesa utilizada por Blix el jueves para hablar de la falta de pruebas de cargo ("smoking gun ", que literalmente se traduce como arma humeante).

También el senador Pat Roberts dudó de "que bajo las actuales circunstancias se vaya a encontrar una pieza de información que represente lo que se considera una prueba de cargo". Roberts fue una de las personas con las que ayer se reunió en Washington Mohamed el Baradei, el jefe de la inspección nuclear de la ONU, que también tenía previstos encuentros con el secretario de Estado, Colin Powell, y la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice.

El eje de esas reuniones era la cooperación en materia de inteligencia que la ONU ha reclamado al mundo. Aunque El Baradei se mostró satisfecho con la colaboración hasta el momento de EEUU, reclamó "más información que permita la acción". "Necesitamos información de dónde ir y dónde inspeccionar", señaló el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica.

También en Washington, el presidente Bush iba a recibir ayer a la oposición a Sadam para "hablar de sus esperanzas de un Irak libre, unificado y democrático", según explicó Fleischer.