El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha decidido aumentar la presión contra el Gobierno de Sudán y le impondrá nuevas sanciones por su papel en el genocidio de Darfur, donde han muerto más de 200.000 personas desde el 2003, informa hoy "The Washington Post". Bush planea anunciar hoy esas nuevas medidas coercitivas durante un discurso en la Casa Blanca, afirma el periódico en su página web.

El Departamento del Tesoro estadounidense aumentará sus esfuerzos para estrangular la economía sudanesa, en particular contra una treintena de empresas vinculadas a negocios petrolíferos que hacen sus transacciones en dólares, según fuentes de la Administración citadas por el diario. Además, Bush sancionará a título particular a dos funcionarios sudaneses y a un líder rebelde, sospechosos de estar implicados en actos de violencia en la región de Darfur.

Washington también trabaja en una resolución para lograr nuevas sanciones en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU con el objetivo de presionar y obtener la prometida cooperación del Gobierno sudanés, que obstaculiza los esfuerzos para acabar con la violencia en esa zona del país, añade el diario. El enviado especial estadounidense para Sudán, Andrew Natsios, anunció hace dos meses que el Gobierno de EEUU contemplaba la posibilidad de imponer nuevas sanciones a Sudán.

Natsios aclaró que básicamente serían sanciones económicas y que el encargado de anunciarlas sería el presidente Bush, que está "más enfadado que nadie" por la situación a la que ha llegado la crisis humanitaria de Darfur. El conflicto armado de Darfur estalló en febrero del 2003 cuando los movimientos rebeldes se alzaron en armas contra el gobierno de Jartum, después de décadas de enfrentamientos tribales por el control de la tierra y el agua.

Este conflicto ha causado más de 200.000 muertos y dos millones de desplazados, que se encuentran refugiados en campos situados en esa región y en las zonas fronterizas de los países vecinos.