El juicio de siete acusados por la masacre de Srebrenica, perpetrada en 1995 en Bosnia, comenzó ayer en el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia marcado por el caos y un intento frustrado de la fiscal jefe, Carla del Ponte, de hacer el discurso inaugural. A los siete acusados, todos ellos militares o policías, se les imputan cargos de genocidio o complicidad con el genocidio. En Srebrenica murieron 7.000 musulmanes, la peor masacre perpetrada en Europa desde la segunda guerra mundial.

La defensa logró que el juez impidiera a Del Ponte pronunciar su discurso por considerar sus palabras "demasiado emocionales". Del Ponte replicó: "No se trata de emoción, queridos abogados, sino de hechos". El juez cortó la discusión y aplazó la intervención de la fiscal para la vista del 21 de agosto.