El mensaje de unidad que intentan hacer llegar al mundo católico los cardenales que eligieron a Benedicto XVI no ha podido apagar los profundos recelos que ha provocado la elevación a papa del cardenal Joseph Ratzinger. Uno de los lugares donde esta división es más clara es en su país natal, donde el entonces prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe combatió la política liberal de la Conferencia Episcopal alemana en temas como la atención a las mujeres que quieren abortar o la admisión a los sacramentos de los divorciados y casados de nuevo.

"La lista de conflictos es enorme y los problemas se agravarán con el nuevo Papa, estamos decepcionados", declaró Tim Schmidt, portavoz de la Iniciativa por la Iglesia de Base. Incluso el Comité Central de los Católicos Alemanes, que representa a la Iglesia oficial y adoptó un tono conciliador, puso sus esperanzas en que el nuevo Papa "tenga una forma de ver las cosas distinta a la del cardenal" y sea "más flexible". Según una encuesta difundida ayer, más del 60% de los católicos alemanes ve la elección de Benedicto XVI "de forma crítica" y un porcentaje similar cree que continuarán los conflictos con el Vaticano.

INQUIETUD QUE NO CESA Según el jesuita alemán Wolfgang Seibel, las primeras declaraciones de Benedicto XVI hacen prever relaciones difíciles, sobre todo en América Latina: "En su homilía, sólo ha evocado los problemas del mundo occidental". El teólogo brasileño Leonardo Boff no se dejó llevar ayer por la tentación de dar un periodo de gracia a Benedicto XVI, a quien calificó de "un hombre duro y sin misericordia" del que sólo se puede esperar "una continuación radicalizada" del Pontificado de Juan Pablo II.

La inquietud no sólo viene de la Iglesia de base de América Latina, donde la dirigente del grupo brasileño Católicas por el Derecho a Decidir, María José Nunes, calificó la jornada de la elección de "un día de tristeza", y auguró "una profundización del foso entre la jerarquía y el pueblo de Dios". También del catolicismo progresista de EEUU. "Vigilaremos de cerca las primeras acciones del nuevo Papa", advirtió el principal movimiento reformista, Call to Action.

APOYO DE LOS CARDENALES Pero el cardenal alemán Walter Kasper aseguró ayer que el nuevo Papa "podrá sorprender" a todos aquellos que mantienen prejuicios en su contra. Otros muchos cardenales siguieron esta misma línea argumental para disipar temores. El cardenal y arzobispo emérito de Barcelona Ricard Maria Carles aseguró que, "a medida que la gente lo conozca, se borrará la imagen caricaturesca que han querido hacer de él". "Benedicto XVI es un gran reconciliador. Siempre busca la unión y se puede decir que es una bendición de Dios", aseguró también el cardenal Carlos Amigo, de Sevilla.