Japón cerrará y desmantelará la central nuclear de Fukushima Daiichi tras el accidente que ha afectado estas instalaciones por el terremoto y tsunami del día 11. Así lo ha confirmado el portavoz del Ejecutivo japonés, Yukio Edano. Esta es la primera vez que el Gobierno habla públicamente sobre el futuro de las instalaciones, en torno a las cuales se ha establecido un perímetro de evacuación de 20 kilómetros. El portavoz ha asegurado que la leche y espinacas en las que se detectaron altos niveles de radiación no llegaron al mercado. También ha afirmado que la lluvia o el agua corriente no son una amenaza para la salud. El Gobierno indica que se han detectado niveles de radiactividad por encima de lo permitido en espinacas procedentes de la provincia de Ibaraki y en cuatro muestras de leche en la provincia de Fukushima, donde se encuentra una planta nuclear en situación inestable. Regular la distribución de productos Edano opina que esos alimentos no llegaron a los consumidores y que continuarán analizando datos y realizando pruebas para determinar si se debe regular la distribución de productos procedentes de las zonas cercanas a la central, algo que podría concretarse este lunes. En todo caso, considera que esos hallazgos no suponen una amenaza inmediata para los consumidores y ha recordado que la detección de yodo radiactivo por debajo de los límites en Tokio y regiones del norte de la capital tampoco suponen un riesgo para la salud. Edano se ha mostrado optimista por los progresos para devolver la electricidad a la mayoría de los seis reactores de la central nuclear de Fukushima Daiichi, algo que avanza a buen ritmo en las unidades 5, 6 y 2. Situación impredecible No obstante, el portavoz ha afirmado que "la situación sigue siendo impredecible" y que se contempla la posibilidad de liberar vapor radiactivo de la vasija de contención de la unidad número 3 para evitar que siga aumentando la presión en el reactor y se dañe la estructura que protege el núcleo. "Hemos considerado liberar presión, ahora no es necesario, pero tomaremos las precauciones para cuando lo sea", ha indicado Edano en su rueda de prensa diaria de primera hora de la tarde desde que comenzó la crisis. Vapor radiactivo La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón considera que se debía liberar vapor radiactivo de la vasija de contención del reactor 3 para evitar que siguiera subiendo la presión, lo que supondría la emisión de radiactividad al exterior. Los técnicos de Tepco, operadora de la planta, ha asegurado que la presión se había estabilizado en el interior y que pospondrán ese procedimiento para reducirla en la unidad 3. Edano también indica que el Gobierno podría establecer planes para ayudar a las regiones más afectadas por el terremoto y tsunami del día 11 a través de la inyección de fondos a instituciones financieras. Las autoridades nucleares de Japón han indicado que no ampliarán la zona de evacuación fijada desde el pasado sábado, día 12, pese a que se han encontrado altos niveles de radiactividad en leche fuera de ese área. El Ministerio de Sanidad ha detectado que leche en la localidad de Kawamata, provincia de Fukushima, superó en los últimos dos días los límites permitidos de yodo radiactivo, pese a estar a 45 kilómetros de la central y por tanto fuera de la zona de evacuación y del área de 30 kilómetros en la que se deben extremar precauciones. Además, la agencia local Kyodo ha informado del hallazgo de trazas de yodo radiactivo en el agua de lugares alejados como Tokio y alrededores, a unos 250 kilómetros al sur de la central de Fukushima Daiichi, aunque los niveles detectados no suponen un riesgo para la salud, según el Gobierno. Yodo radiactivo Asimismo, se ha registrado la presencia de yodo radiactivo y cesio en el agua corriente de la provincia de Ibaraki, que linda al sur con Fukushima, donde también se han descubierto espinacas con altos niveles de radiación, que no suponen un riesgo inmediato. Mientras tanto, la situación en la central nuclear parece empeorar en el reactor 3, ya que la Agencia Nuclear de Japón informó de un aumento en la presión en la vasija de contención de la unidad, que protege el núcleo. Las autoridades japonesas aseguran que actuarán con rapidez para reducir la presión, algo que podría conllevar la liberación de material radiactivo al aire para evitar problemas aún mayores y daños en la vasija. Tokyo Electric Power (Tepco), operadora de la planta, asegura que los niveles de radiación en la central han descendido unos 800 microsievert desde que este fin de semana comenzaron las labores de refrigerado con cañones de agua en los reactores 3 y 4.