El presidente francés, Jacques Chirac, jugó ayer sus últimas cartas para convencer a los franceses de que voten en el referendo sobre la Constitución europea del domingo, con una alocución televisiva en la que apeló a la "responsabilidad histórica" de los electores. "Un rechazo al tratado será acogido por los europeos como un no a Europa, y Francia será menos fuerte para defender sus intereses", aseguró. Solemne pero sin dramatismo, Chirac reconoció que durante los debates "se han expresado inquietudes" a las que piensa responder, probablemente con un cambio de Gobierno.

El presidente francés encontró las palabras que quizá hagan inclinar la balanza en favor del , cuando los sondeos y toda la clase política dan ya por segura la victoria del voto negativo. Comenzó por alabar el "debate democrático ejemplar" que ha apasionado a los franceses y al resto de los europeos. Pero "la decisión", dijo, debe superar las divisiones políticas, por lo que pidió a los ciudadanos que "no se equivoquen de pregunta" cuando vayan a las urnas.

LA ADHESION DE TURQUIA El Tratado, subrayó Chirac, "refuerza a Francia en Europa, apuntala el modelo social" y, especialmente, "el modelo francés". Acerca de la inquietud que genera en algunos ciudadanos la adhesión de países como Turquía, Chirac recordó que "no se aprobará ninguna más sin referendo". Y explicó que su deber "es explicar las consecuencias" que el no tendría para Francia y para Europa.

"El rechazó será recibido como un no a Europa", advirtió el presidente, y "abrirá un periodo de divisiones, de dudas e incertidumbres" en la UE. "Es una ilusión creer que Europa continuará con otro proyecto, porque no existe tal proyecto", subrayó.

"¡Qué responsabilidad frente a la Historia si la patria de los derechos humanos impide la entrada en vigor de la Carta de los derechos fundamentales!", exclamó. Por si acaso, insistió: "Si Francia sale debilitada, si la pareja franco-alemana resulta debilitada, si Europa se divide, los que tienen una concepción ultraliberal de Europa tomarán el control" y "nos conducirán hacia una Europa sin ambición política, sin espíritu de independencia", una Europa "reducida a una simple zona de libre cambio", enfatizó, antes de recalcar: "Serán los más vulnerables los que sufrirán más".

"EL FUTURO, EN JUEGO" "El domingo, es el futuro de Europa el que está en juego", destacó Chirac, aunque también reconoció que, durante los debates, los franceses "han expresado inquietudes" a las que está dispuesto a responder, "dando un nuevo impulso a nuestra acción", lo que puede interpretarse como la confirmación de un cambio de Gobierno y, sobre todo, el relevo del primer ministro, Jean-Pierre Raffarin. Los analistas avanzaban ayer el nombre de Dominique de Villepin, actual ministro de Interior, como sucesor.

Chirac ya había advertido previamente que, fuera el que fuera el resultado, no pensaba dimitir. Pero el hecho es que, en caso de que triunfe el no , este escrutinio marcará el comienzo de la recta final de su segundo mandato. El seísmo político en Francia y en Europa que provocaría el voto negativo francés sería de la misma dimensión que la disolución anticipada del legislativo en 1997, que provocó el retorno de la izquierda al poder.

INTIMIDACION Denunciada de antemano como un "intento de intimidación" por los defensores del no , mayoritariamente de izquierdas, la intervención estaba destinada en realidad a convencer a los indecisos.

La imposibilidad de publicar nuevos sondeos antes del escrutinio impedirá evaluar el impacto de esta intervención. Pero se espera que, como en otras ocasiones, se filtren nuevas encuestas a través de otros países.