Reforzado en su papel de líder del campo de la paz, el presidente francés, Jacques Chirac, reafirmó ayer la intención de Francia de vetar una segunda resolución de la ONU contra Irak. En la situación actual, dijo, "no es necesaria una segunda resolución".

Chirac actuó como un auténtico anfitrión. Repartió calurosos apretones de manos o sonrisas crispadas, según la posición de sus interlocutores. Tony Blair le advirtió de que el desarme de Irak deberá realizarse "por la fuerza" si no puede hacerse de manera pacífica.

El titular de Exteriores francés, Dominique de Villepin, defendió la contribución escrita que Francia presentó. Un texto que inspiró probablemente la evolución de la posición española, tras el contacto telefónico que Aznar y Chirac mantuvieron el sábado. Fuentes francesas interpretaron la llamada de Aznar como un "intento de acercamiento" del líder español. Esto fue considerado como "un buen presagio para un cambio de actitud", aunque las mismas fuentes precisaron: "Conociendo a Aznar, no nos hacemos ilusiones".