El escándalo de las torturas a presos iraquís, que ha colocado al Ejército estadounidense en la picota, acaba de extenderse a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), cuyos métodos para interrogar a los líderes de Al Qaeda en su poder son tan brutales que hasta el FBI ha rechazado participar en los interrogatorios, según reveló ayer The New York Times. El rotativo no pudo confirmar si la Casa Blanca ha aprobado tales métodos.

La propia CIA ha iniciado una investigación sobre la muerte de tres detenidos bajo su custodia en Irak y Afganistán, y al menos uno de sus agentes ha sido sancionado por amenazar con una pistola a otro durante un interrogatorio, aseguró el Times , citando exagentes antiterroristas. Golpear y encapuchar a los detenidos, meterles la cabeza en agua y privarlos de comida, luz y medicamentos figuran en el manual secreto de técnicas duras de interrogatorio que la CIA aplica a un grupo de presos, entre 12 y 20 altos mandos u operativos de Al Qaeda, retenidos en lugares repartidos por todo el mundo, tan secretos que ni siquiera George Bush, quiere saber dónde están, asegura el diario.

Uno de los métodos más duros, que consiste en sumergir en agua a un detenido para que crea que se le ahogará, fue aplicado a Jalid Sheik Mohamed, uno de los cerebros del 11-S, según EEUU. Mohamed fue delatado bajo interrogatorio con estos métodos por Abú Zubaida, alto líder de Al Qaeda capturado en abril del 2002, algo que para la CIA demuestra que el interrogatorio duro logra resultados.

Sin embargo, ante la profunda repulsa dentro y fuera de EEUU por las torturas a presos iraquís, algunos miembros de la CIA "están preocupados de que pueda elegirse un nuevo presidente, o de que cambie el talante nacional y se les haga responsables" por los interrogatorios, que ellos no consideran torturas, asegura el diario neoyorquino.

MUERTES La CIA aplica, al parecer, técnicas de interrogatorio distintas de las que emplea el Ejército y ha tenido que contratar a empresas privadas porque no tenía suficiente personal. Algunos de estos mercenarios expertos en interrogatorios están implicados en las tres muertes bajo investigación por la propia agencia. No se conoce el número de interrogadores privados que trabajan para la CIA, pero el Ejército tiene 27 en la cárcel de Abú Graib, según reveló la semana pasada el general Lance Smith.

Ayer, los congresistas de EEUU seguían impresionados por las "sádicas torturas", abusos y humillaciones sexuales de presos iraquís, hombres y mujeres, que contemplaron en 1.800 fotografías y algunos vídeos que les enseñó el Pentágono.