Cinco soldados estadounidenses, pertenecientes a la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en Afganistán, han fallecido hoy víctimas de dos explosiones en el sur del país, según ha informado la misión de la OTAN en el país.

El primer ataque insurgente con una bomba artesanal ha causado la muerte a cuatro de los cinco militares. Unas horas más tarde, otro soldado ha muerto en otro ataque similar. Las minas artesanales son uno de los métodos de ataque más utilizados por la insurgencia.

Según datos del portal independiente icasualties.org, en lo que va de julio han muerto 75 soldados de las fuerzas extranjeras en Afganistán, la gran mayoría por la explosión de bombas camineras.

El pasado junio fue el mes más mortífero para las tropas internacionales desde el inicio de la guerra en el 2001, con un total de 102 militares fallecidos. La mayoría de las víctimas de la ISAF se registran en un arco que recorre el sur y este afganos, donde predomina la etnia pastún, de la que proceden tradicionalmente los insurgentes talibanes.