Al abandonar unilateralmente la franja de Gaza y desmantelar las colonias judías en el verano del año 2005, Ariel Sharon, entonces primer ministro israelí, quiso desembarazarse de un territorio sin interés estratégico para Israel. Pero después, ese territorio pobre y exiguo, donde se amontonan 1,5 millones de palestinos en cerca de 360 kilómetros cuadrados (la densidad más alta del mundo) se convirtió en la plaza fuerte de Hamás, radicalmente hostil a Israel, y la situación cambió.